Hay varios niveles de tostado, que darán diferentes sabores al vino.
La madera del roble es un material duro, pero entre sus radios medulares, que recorren longitudinalmente el tronco, se encuentran unos sectores más blandos.
Gustativamente surte un aroma y sabor más suave, de matiz vainilla, por lo que está altamente valorado.
Al igual que el roble francés, el roble europeo, que crece alrededor del paralelo 45 en los Cárpatos (Rumania) o Eslavonia (Croacia), se corta por hendido y se envejece de forma natural un mínimo de 24 meses.
El roble americano es cortado con sierra, sin importar la disposición de los radios en la duelas, consiguiéndose un rendimiento excepcional.
Además, hace que los taninos se polimericen dando una sensación más agradable y redonda en la boca.
Son aptas para la separación de sedimentos por trasiega durante unos cuarenta años.