[4] Durante su larga trayectoria, Bunge se declaró como realista, cientificista, sistemista, materialista, defensor del realismo científico y promotor de la filosofía exacta.
[5][6][7] Fue conocido por expresar públicamente su postura contraria como filósofo de la ciencia a las pseudociencias,[8][9] entre las que incluyó al psicoanálisis, la praxeología, la homeopatía, la microeconomía neoclásica (u ortodoxa) entre otras, además de sus críticas contra corrientes filosóficas como el existencialismo[10][11][12] (especialmente la obra de Heidegger),[13][14][15][16][17] la fenomenología,[17] el posmodernismo,[18][17] la hermenéutica[19] y el feminismo filosófico.
[23] Ejerció docencia en filosofía en Argentina, Uruguay, México, Estados Unidos, Alemania, Dinamarca, Suiza y Australia.
El padre de Bunge (Augusto Bunge) fue un médico y diputado socialista, y su madre (Maria Müser) una enfermera alemana que emigró a la Argentina antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial.
Una perspectiva profunda pero sintética de su concepción filosófica, a manera de resumen delTreatise, es su manual La investigación científica, publicado por primera vez en inglés en 1967, cuya traducción ha sido reimpresa con correcciones por Siglo XXI Editores (México, 2000).
[35] Bunge afirma que "Todo acto cognitivo es un proceso en algún sistema nervioso", asimismo, la intuición es la capacidad para "imaginar, concebir, razonar o actuar rápidamente de maneras novedosas" y que el método científico "puede (y debería) aplicarse a todas las indagaciones, ya sean matemáticas o empíricas, científicas, tecnológicas o humanísticas"; asimismo, diferencia entre conjetura e hipótesis, considerando que "solo las conjeturas educadas que son formuladas explícitamente y son estables merecen llamarse hipótesis científicas"[35] Como otros autores, Bunge distingue tres matices de realismo, uno ingenuo, otro crítico y uno científico.
Hay, sin embargo, algunos ámbitos en los que Bunge defiende posiciones diferentes al realismo.
En filosofía de la matemática, por ejemplo, opta por un ficcionismo moderado,[44] en la estética lo considera solo una corriente más o, incluso, una perspectiva conservadora, y en política («realpolitik») lo rechaza de plano por considerarlo otro nombre para el cinismo político.
[45] Los aspectos en que Bunge profesa el hilorrealismo científico, uno de los ejes principales de su vasta obra, son: (i) ontológico (ii) gnoseológico (iii) semántico (iv) metodológico (v) axiológico (vi) moral y (vii) praxiológico.
La caracterización bungeana de la ciencia concibe a la misma como «un objeto demasiado complejo como para poder ser caracterizado mediante un único rasgo» y la identifica como un campo cognitivo, el cual ―a su vez― es caracterizado como un «sector de la actividad humana cuyo objetivo es obtener, difundir y utilizar alguna clase de conocimiento, sea verdadero o falso».
[48] Una ciencia, por su parte, satisfaría además condiciones específicas como contar con un dominio compuesto únicamente por entidades reales, un trasfondo filosófico con una ontología según la cual el mundo está compuesto por cosas concretas mudables que cambian según leyes, un trasfondo formal con una colección de teoría lógicas o matemáticas actualizadas o un trasfondo específico con una colección de datos, hipótesis y teorías actualizados y razonablemente confirmados.
[59][60] La implicación de su postura previa en la expansión del universo, era que tal movimiento del universo podría darse si este fuese finito y si el espacio y el tiempo fuesen el escenario inmutable en que se desarrolla, pero si espacio y tiempo existía como relaciones entre cosas y sucesos, el universo no tendría adonde ir; por lo que se debía hablar de «recesión mutua de las galaxias» antes que de expansión del universo.
[71] De acuerdo a Bunge los entes vivos, aunque compuestos por elementos físicos y químicos, poseen propiedades emergentes propias; por lo que la biología no es completamente reducible a la física y la química, este modelo es denominado como biosistemismo.
En ese contexto, un ser vivo es un sistema material que (i) su composición incluye ácidos nucleicos y proteínas (tanto estructurales como funcionales), (ii) su ambiente incluye algunos de los precursores de sus componentes y (iii) su estructura incluye las habilidades para metabolizar y para mantenerse y repararse a sí mismo (dentro de ciertos límites); con ello, los virus, al no metabolizar, no están vivos; siendo la célula la unidad de vida más pequeña.
En relación con la conciencia, estos postulan las siguientes definiciones: "El contenido (u objeto de un estado consciente es el objeto percibido o en el cual se piensa mientras se está en ese estado", "La conciencia del animal b es el conjunto de todos los estados cerebrales de b en los que b es consciente de alguna percepción o pensamiento en b"; por su parte, en relación con la autoconciencia, "Un animal es autoconsciente si, y solo si, sabe quién y qué es".
[8] Para Bunge, los estudios sociales siempre corrieron el riesgo de la contaminación ideológica, pero si un estudio de ciencia neutral básica es auténticamente científico, será ideológicamente neutral aun cuando se lo pueda utilizar para justificar o enjuiciar políticas sociales.
[12] Por otro lado, indica, que los hechos sociales son multidimensionales con aspectos ambientales (A), biopsicológicos (B), económicos (E), políticos (P) y culturales (C);[74] sugiriendo que «la mejor manera de estudiar los hechos sociales no es intentar reducirlos a un hecho de un solo tipo, sino integrar las diferentes disciplinas sociales y biosociales».
Considera además que a pesar de tener pocos defensores contemporáneos puede hallárselo entre científicos sociales.
Mientras que define al textualismo como «probablemente, la más absurda, dogmática, estéril y engañosa de todas las versiones del idealismo».
[8][38] Bunge sostiene que el positivismo lógico no posee una semántica defendible ni una ontología que trascienda el fenomenalismo, además de no poseer una ética más allá del emotivismo de Hume.
[9] Sobre el internalismo indica que si bien destaca correctamente la creatividad individual, subestima los estímulos y coacciones sociales; por su parte, el externalismo, debido a la vaguedad de sus expresiones, puede interpretarse de varias maneras: a) externalismo moderado o débil y b) externalismo radical o fuerte, que a su vez pueden ser de carácter «local» y «global».
[12] Mientras que acerca del marxismo resalta su carácter estrechamente economicista que infravalora el papel de la política y la cultura, el hecho de confundir lógica con ontología y la adopción del utilitarismo como ética.
[84] La ciencia satisfaría en particular condiciones específicas como contar con un dominio compuesto únicamente por entidades reales, un trasfondo filosófico con una ontología según la cual el mundo está compuesto por cosas concretas mudables que cambian según leyes, un trasfondo formal con una colección de teorías lógicas o matemáticas actualizadas o un trasfondo específico y con una colección de datos, hipótesis y teorías actualizados y razonablemente confirmados.
[83] Por contraste la pseudociencia es todo campo de conocimiento que no es científico, pero se publicita como tal.
[83][85] Bunge expone que el creacionismo (tanto laico como religioso) no tiene asidero empírico y contradice todas las leyes de conservación conocidas al afirmar que el universo se creó a sí mismo o por la divinidad.
[9] Bunge considera que al estar formulada en términos matemáticos y rigurosos la teoría de enfoque neoclásico posee una «brillante apariencia científica».
El hecho de que no pueden ser medidas objetivamente impide cualquier estudio empírico.
En otras palabras, los psicoanalistas no utilizan la estrategia general de indagación conocida como método científico.
Las razones del segundo tipo muestran que los datos no apoyan las ideas psicoanalíticas.
[8] Para Bunge las medicinas alternativas manejan productos de naturaleza desconocida, aplicadas a personas no estudiadas y con efectos de tipo e intensidad desconocidos, asimismo considera que la terapias son eficaces en alguna medida debido a dos factores: el retorno espontáneo a la salud (vis medicatrix naturae) y el conjunto de efectos placebo y que las terapias alternativas son tan infundadas e ineficaces como las tradicionales.