[20] En aquel tiempo, la mayor parte de Polonia estaba ocupada por el Imperio ruso, país que —tras varias revueltas nacionalistas sofocadas violentamente— había impuesto su lengua y sus costumbres.[20] Su abuelo paterno, Józef Skłodowski, había sido un respetado maestro en Lublin, donde enseñó al joven Bolesław Prus,[21] quien se convertiría en una figura destacada de la literatura polaca.La familia también perdió dinero en una mala inversión y tuvieron que suplir sus ingresos con el alojamiento nocturno de niños en la casa.Sus padres rechazaron la idea de que se casara con una pariente pobre y Kazimierz no pudo oponerse a ellos.Durante ese tiempo, Maria seguía estudiando, leyendo libros, intercambiando correspondencia con parientes profesionales e instruyéndose por su cuenta.[1][17][26] El laboratorio era dirigido por su primo Józef Boguski, quien había trabajado de asistente del químico ruso Dmitri Mendeléyev en San Petersburgo.[1][35][I] Para financiar su educación universitaria, aceptó una beca de la Fundación Alexandrowitch, que le fue otorgada gracias a una conocida llamada Jadwiga Dydyńska.[35] Tiempo después, Marie dijo que había encontrado un nuevo amor, socio y colaborador científico en quien podía confiar.[52][53][54] Para los experimentos empleó una técnica creada quince años antes por Pierre y su hermano Jacques Curie, quienes habían desarrollado una versión modificada del electrómetro.A mediados de 1898 se tomaron un descanso para pasar más tiempo juntos:[33][56] Según el historiador Robert William Reid:[61]Por ejemplo, dos años antes, Becquerel presentó su hallazgo a la Academia de Ciencias un día después del experimento y tomó todo el crédito del descubrimiento de la radiactividad, incluso recibió un premio Nobel que hubiera sido para Silvanus Thompson, quien había hecho un estudio similar que no publicó a tiempo.Con la ayuda de Gustave Bémont, se las arreglaron rápidamente para obtener una muestra con una radiactividad 900 veces mayor que la del uranio.[1][10] Para comprobar definitivamente sus descubrimientos, los Curie trataron de aislar polonio y radio en su forma más pura.[56] Sin embargo, el radio fue más difícil de obtener: su relación química con el bario es muy fuerte y descubrieron que la pechblenda contiene ambos elementos en pequeñas cantidades.[72] En 1910, los Curie aislaron el radio en su estado puro,[70] pero no tuvieron éxito con el polonio debido a que ese elemento tiene una vida media de 138 días.[74] Los Curie no patentaron su descubrimiento y obtuvieron poco beneficio económico de ese negocio cada vez más rentable.[2] En 1910, asistida por el químico André-Louis Debierne, pudo obtener un gramo de radio puro;[56] también definió un estándar internacional para las emisiones radiactivas que, años después, fue nombrado curio en su honor.Este segundo galardón le permitió convencer al Gobierno francés para que apoyara el Instituto del Radio, terminado en 1914, donde se llevarían a cabo investigaciones en química, física y medicina.[2] El progreso del Instituto fue interrumpido por la Primera Guerra Mundial debido a que la mayoría de los investigadores se alistaron en el ejército francés; las actividades reanudaron plenamente en 1919.Hay algo más: por pura pereza había permitido que el dinero de mi segundo premio Nobel se quedara en Estocolmo en coronas suecas.Sobre su llegada, el New York Times publicó en su portada que Madame Curie tenía la intención de «poner fin al cáncer».[134] Durante su estancia, la prensa dejó en segundo plano su carácter de científica y, en su lugar, era regularmente enaltecida como una «sanadora»;[135] Marie Curie también hizo muchas apariciones públicas con sus hijas.[2][132] En 1921, el presidente Warren G. Harding la recibió en la Casa Blanca y le entregó simbólicamente un gramo de radio recolectado en el país norteamericano.[137][139][R] En los Estados Unidos recibió nueve doctorados honoris causa,[142] aunque rechazó uno en el campo de la física que la Universidad Harvard le ofreció porque «no había hecho nada importante [en esa ciencia] desde 1906».En esta estancia, el presidente Herbert Hoover le entregó un cheque por 50 000 dólares, que fue destinado a la compra de radio para la sucursal del Instituto en Varsovia.[2][137] Estas distracciones de sus labores científicas y la publicidad que la rodeaba le causaron muchas molestias, pero proporcionaron los recursos necesarios para su obra.[158] También estuvo expuesta sin protección a los rayos X mientras se desempeñaba como radióloga en los hospitales de campaña durante la guerra.Françoise Giroud considera que si bien la obra de Curie ayudó a revisar las ideas establecidas en la física y la química, también tuvo un efecto igualmente profundo en la esfera social.Giroud enfatiza ese aspecto de su vida y carrera en Marie Curie: A Life, en el que aborda su papel como precursora feminista.[1][57] Destinó gran parte del dinero de su primer premio Nobel a sus amigos, familiares, estudiantes e investigadores asociados.