Hizo numerosas giras en el continente americano, para dar a conocer las obras de los escritores más importantes.
Hija de Pedro Xirgu i Martí y Josefa Subirá Polls.
En 1900 empezó a trabajar en un taller de pasamanería y se aficionó al teatro en la sede del Ateneo (Distrito V) de Barcelona, al que era asiduo su padre y colaboró con sociedades dramáticas.
Su actuación fue aplaudida por la revista Feminal que escribía: «La senyoreta Xirgu, com sempre, deliciosa, millorant cada dia en ses creacions».
Entre 1909 y 1916 intervino en algunas películas, y tras esa experiencia no volvió a ponerse ante una cámara más que en una ocasión, en 1938, con el filme argentino Bodas de sangre.En 1913, interpretó a Fru-Fru en el Principal de Barcelona.
Este mismo año, Margarita Xirgu llega en el Teatro Odeón (una sala de 995 espectadores que acogía a las más grandes obras y compañías europeas).
En el verano de 1926, en Madrid, conoce a Federico García Lorca, del que fue asidua colaboradora.
«Es una mujer extraordinaria y de raro instinto para apreciar e interpretar la belleza dramática, que sabe encontrarla donde está.
En los años siguientes estrenaría: La zapatera prodigiosa (1930), Yerma (1934), Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores (1935).
[10] Cuando estalló la guerra en España, se encontraba en Hispanoamérica para producir las obras de García Lorca.
Y en 1938 actuó en la película argentina Bodas de sangre, dirigida por Edmundo Guibourg.
Las críticas fueron favorables; así, el diario La Nación dijo: «Ofreció una vigorosa interpretación», «prestigiosa primera actriz», «las tres largas ovaciones».
Tras haberse instalado en Montevideo en 1943, ella se convierte en la directora del Instituto Auditorio de Montevideo (SODRE) y al año siguiente llegó Margarita Xirgu a la Compañía Teatral del Ateneo Paraguayo.
En Montevideo la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático (la cual dirigió desde su fundación en 1949 hasta 1957) lleva su nombre.
[7] En 1907 falleció su padre y Margarita Xirgu se hizo cargo de la familia.
Walter Vidarte, un actor uruguayo con quien Margarita Xirgu había trabajado, habló de su talento: “Cuando se unía su poesía con la de Lorca se convertía aquello en algo enorme, excepcional, que paralizaba a la gente”.
[7] Al llegar Xirgu a Paraguay, periódicos importantes como El País o La Tribuna publicaron artículos sobre ella.