[3] Durante la Segunda República tomó el nombre de Teatro Popular, recuperando el original tras la Guerra Civil.
El edificio, que ha sufrido varias remodelaciones, perdió la sala teatral en 1954.
La obra, que dio comienzo en 1919 y finalizó en 1924, se asignó en principio a Teodoro de Anasagasti y a su suegro José López Sallaberry, arquitectos que antes habían colaborado en el vecino edificio Madrid-París.
Es curioso el dato de que en las primeras filas de butacas había dispositivos para sordos, que podían ser solicitados al pagar la entrada con un pequeño cargo en el precio general.
A pesar de todo no fue un teatro popular y su inicial objetivo de ser un gran referente del mundo de la comedia fue degenerando, cayendo en el recurso folclórico cuando, muerto Fontalba en 1937, sus herederos vendieron el local tras la guerra civil.