Augusto Martínez Olmedilla

Colaboró como narrador en numerosas colecciones literarias, El Cuento Semanal, Los Contemporáneos, La Novela Corta, La Novela de Hoy, La Novela Semanal, El Libro Popular, Revista Literaria Novelas y Cuentos; aunque más interesante y valiosa es su obra periodística en revistas como Blanco y Negro, La Esfera, Nuevo Mundo o periódicos como El Globo, El Liberal, El Imparcial y Heraldo de Madrid.

Escritor fecundo, casi monstruoso, superó las treinta novelas largas, las setenta novelas cortas, cuarenta y tantas obras escénicas, más de quinientos cuentos, más de quince biografías y un millar largo de artículos.

Como narrador tuvo por maestro a Armando Palacio Valdés, por lo que se le ha asociado a un naturalismo moderado, con algunas novelas realistas y otras de tesis.

Como dramaturgo, quizá su vertiente más original fue participar en la revitalización del teatro de guiñol que abordaron en los años veinte y treinta del siglo XX español autores de la talla de Federico García Lorca, Ramón del Valle-Inclán o Rafael Dieste.

[2]​ Así lo consignó en su Teatro de marionetas (1920), compilación de piezas donde explora numerosas vertientes: desde el tono moralizante e infantil preceptivo al género (El manantial de la dicha), hasta el más puro sainete arnichesco (La octava virtud o Josefina se casa), pasando por el drama rural (El bien de todos), la comedia burguesa (Lo imprevisto) y el drama histórico (La muerte del bardo).

En coche de plata , n.º 35 de Los Contemporáneos (27 de agosto de 1909). Portada de Romero Calvet .
Redimida (1910)