La publicación, que aparecía semanalmente, los viernes, fue fundada por Eduardo Zamacois.
[1] Fue, entre las numerosas colecciones que florecieron durante las décadas de 1900, 1910 y 1920, la más longeva de estas.
[1] Nació como una copia de El Cuento Semanal, si bien su calidad, según Labrador Ben, habría sido menor.
[2] En sus páginas aparecieron relatos cortos obra de autores de la época, entre cuyos nombres pueden citarse casi al azar Gabriel Miró, el propio Zamacois, Joaquín Dicenta o Felipe Trigo.
[1] Las portadas, así como las ilustraciones de las páginas interiores, corrieron a cargo de una nutrida nómina de artistas, entre los que se encontraron nombres como los de Rafael Romero Calvet —predominante en la etapa inicial en lo que a portadas se refiere—, Narciso Méndez Bringa, Juan Francés, Juan Martínez Abades, Exoristo Salmerón, Inocencio Medina Vera, Mariano Pedrero, José Robledano, José Izquierdo Durán[3] y Vicente Ibáñez García de Lara.