Tanto Michela como Andrea están relacionados con el mundo del cine aunque Andrea tiene también una trayectoria musical inusual, como solista del coro más famoso de Inglaterra en su primera juventud y músico creativo en su madurez.[2][3] Luca tuvo un cameo en la película Roma (1972) de Federico Fellini, en donde se lo ve como hippie tocando una flauta.[4] En 1984, siendo ya cantante de Sumo, volvió a tener un cameo cinematográfico en la miniserie Anno Domini, filmada en Túnez y protagonizada por Ava Gardner, producción en la que trabajaban, en distintos puestos detrás de cámara, sus hermanos Andrea y Michela.[1] En Gordonstoun, Prodan hizo amistad con otro alumno llamado Timmy McKern, quien sería su amigo hasta la muerte.Inspirado por algunos músicos como Bob Dylan, Jim Morrison (The Doors), Nick Drake, John Martyn, John Lennon, David Bowie, Leonard Cohen, Lou Reed, Lucio Battisti, Franco Battiato, o Brian Eno, compuso durante la década de 1970 algunas canciones memorables, que serían grabadas en 1981 en Nono, Córdoba (Argentina).[8] Según contó su hermano Andrea (que por la misma época estudiaba en Canterbury y se reunía con Luca los fines de semana): "A él no le gustaba trabajar en esos lugares; casi todos esos laburos fueron esporádicos.[10] En 1979, su hermana Claudia se suicidó con su novio, tras encerrarse en un auto e inhalar monóxido de carbono[10]; tras este hecho Luca cayó en coma debido a una sobredosis de esa sustancia, por lo que casi se le dio por muerto.Viajó sin saber prácticamente nada del país, ensoñado por una bucólica foto que le había enviado en una carta Timmy McKern, el amigo argentino de origen escocés con quien había compartido años escolares en Gordonstoun y convivido luego en Londres.En la imagen se veía a la familia de McKern en las sierras de Córdoba,[11] como un paraíso, a la que su amigo Timmy agregó una información clave: en Argentina, en ese momento, no había ni se conocía la heroína.Al finalizar la cena, Daffunchio comenzó a tocar una guitarra criolla y Luca cantó, naciendo entre ellos la idea de formar una banda.Inmediatamente se trasladaron al campo de la familia McKern en Traslasierra (Córdoba); con ellos iban Daffunchio y su amigo Alejandro Sokol.Así comenzaron las zapadas que dieron nacimiento a Sumo, con Daffunchio como guitarrista y Sokol al bajo.Tras observar la promisoria evolución de esas zapadas Timmy McKern, amigo y futuro representante de la banda, le presentaría a Luca un joven guitarrista amigo suyo, a quien le propondría la idea de formar una banda:[11] Ricardo Curtet, en ese entonces residente en Mina Clavero y que fue convencido por su amigo McKern para formar parte del grupo.Sin embargo, eso provocó la primera baja del grupo al desvincularse Ricardo Curtet, quien — habiendo sido padre durante ese tiempo — decidió finalmente volverse a Mina Clavero para cuidar de su nueva familia.No lo conozco... Le juego una carrera tomando vodka hasta Rosario a ver quién gana”.Con esa nueva formación, pasaron a dar varios shows en un local de Olivos llamado Mastropiero.Poco después, Luca Prodan escuchó un ensayo en el Café Einstein de la banda Oiga Diga (liderada por el guitarrista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota Tito Fargo) y reclutó a su baterista, Alberto "Superman" Troglio para que lo reemplace; al poco tiempo, invitado por Diego Arnedo, Ricardo Mollo se incorpora como guitarrista.Los fui a ver y me volaron la cabeza: un tipo tan carismático que te metía en un mambo sin haber tomado nada.No fue un grupo querido; después sí, y ahora todos son fanáticos de Sumo.Por estos años, Prodan, quien no tenía un hogar en Buenos Aires y había hecho gran amistad con los dueños del Café Einstein, llegó a dormir en el local o en la casa de uno de ellos, Sergio Aisenstein, y tocaba en el lugar prácticamente todos los días.[18] Todos estos grupos, con pequeñas variaciones en la formación, tocaban varios recitales cada fin de semana no sólo en el Café Einstein, sino también en otros reductos del under como Zero, Stud Free Pub, La Esquina del Sol, o en el Parakultural.[22] Siguió haciendo, hasta el final, presentaciones en vivo, que por esa época eran la principal fuente de ingresos de la banda y les hacía tocar con mucha frecuencia, casi en cualquier lugar que les diera escenario.Era una fecha compartida con Los Violadores, quienes abrieron el show debido a que esa misma noche tenían otra presentación en una discoteca de Berazategui; Pil Trafa, el cantante de esta banda, recordaba que vio a Luca "muy delgado, muy demacrado.[27] Muchos años más tarde, el escritor Enrique Symns difundió en una entrevista una versión alternativa, diciendo que murió por una sobredosis de heroína.Según Symns, Luca había pasado años sin consumir heroína simplemente porque era imposible conseguirla en Argentina en esa época, pero en 1987 ya habrían llegado las primeras dosis a las calles de Buenos Aires y, en ese momento, Luca habría intentado volver a inyectarse una dosis similar a las que consumía en Londres, aunque su cuerpo ya no tenía la misma tolerancia, lo que le habría causado la muerte.«El rock puede o debe ser simple, dos acordes» fue su frase de cabecera durante muchos años.Consultado sobre ellos en la mítica entrevista con Pettinato en La Zona Fantasma, Luca los calificó como "copias hechas acá de cosas que ya no me gustaban allá (...) “Steely Dan, Crosby, Stills & Nash… cualquier copia de Bob Dylan es un asco.[33] Si durante la década de 1980 esta cultura se asociaba a estéticas «modernas» y «vanguardistas», durante la del 1990 la masificación y diversificación del consumo aumentó la brecha social, produciéndose una creciente distinción en los estilos musicales, asociando cada vez más el rock nacional a la cultura de sectores medios empobrecidos («rockeros») o a los sectores populares, haciendo de Luca Prodan un rostro encantado y paradójico que sintetiza las facetas múltiples e inesperadas de la cultura argentina reciente.
Luca Prodan en vivo, con una botella de ginebra en su cabeza
Última casa de Luca Prodan, en calle Adolfo Alsina 451, Buenos Aires. Actualmente hay un Espacio Cultural que recuerda a Prodan. Los fanáticos dejan inscripciones en la puerta.
Última casa donde vivió Luca Prodan en Londres antes de mudarse a la Argentina. Actualmente existe un proyecto para instalar una placa de reconocimiento a su aporte cultural.