La historia de Occitania, como territorio histórico, se ha extendido a lo largo del tiempo como una región y cruce estratégico entre todo tipo de culturas, principalmente gracias a su particular microclima favorable al asentamiento humano.
En territorio occitano se encuentran yacimientos que datan del Paleolítico y el Neolítico.
Así, el occitano fue una de las primeras lenguas que sustituyó al latín en muchos actos, documentos, piezas literarias y obras científicas: las primeras gramáticas como las Leys d'Amors, anteriores a la de Nebrija, se escribieron en dicho idioma.
Durante la Cruzada albigense, el Ejército francés liderado por Simón de Montfort atacó y saqueó las principales ciudades que acunaban la cultura occitana, invadiendo el territorio del Conde de Tolosa Ramón VI.
Este hecho significó el inicio de la colonización romana del territorio occitano.
En 113 aC sufrieron la invasión de los cimbros y teutones, que asolarían todo el territorio occitano.
En 56 aC el triunviro Julio César envió Publio Craso a la Aquitania contra los sotiates, razón por la cual se sublevaren tanto los aquitanos como los cántabros.
Se hicieron importantes obras de infraestructura, como la Via Dolomitia, acabada el 120, vital para pasar hacia Hispania.
Venció tanto los bárbaros como al rebelde Ulpio Cornelio Leliano, y conquistó Mogontiacum (hoy día Maguncia).
Aun así, el mismo año Constancio I (293-306) la incorporó a sus dominios de Galia y Britania, con sede en Eboracum (actual York).
Pero su hijo y sucesor, Constantino I (306-337) la incorporó al Imperio e impulsó la difusión del cristianismo.
Sus sucesores, Flavio Claudio Constantino (337-340), Constancio I (340-350), Magnencio (350-353), Constancio II (353-361) y Juliano el Apóstata (361-363) contaron con la Diócesis Vienneinsis entre sus dominios, como lo harían sus sucesores Valentiniano I (363-367), Flavio Graciano (367-383) y Valentiniano II (388-392).
Su sucesor, Teodosio I, dividió en 395 el Imperio entre sus hijos Arcadio y Honorio II.
El occitano es la lengua más central de las lenguas románicas; a consecuencia de esto, mientras las influencias exteriores han ido incidiendo sobre la periferia lingüística románica, esta zona central ha ido recibiendo menos influencias, y así ha nacido el occitano.
Otra hipótesis sobre el nacimiento del occitano puede ser que fue una lengua vehicular entre toda la gente de las áreas vecinas.
Fue un pequeño grupo de poetisas deslumbrantes, cuya existencia duró tan solo un siglo.
Así, en Occitania, según explica Labal, la Iglesia cátara pudo funcionar con total libertad, y sus adeptos podían integrarse, sin ningún problema, a la sociedad, tal como se desprende de las actas del concilio católico de Tours (1163), donde se condena a quienes acojan herejes en sus tierras o a quienes tengan relaciones comerciales con ellos.
La cruzada contra los albigenses fue una campaña militar de grandes dimensiones iniciada por la Iglesia católica para perseguir y eliminar el catarismo en Occitania durante la primera mitad del siglo XIII, durante unos 35 años a lo largo de los cuales el avance cruzado tuvo varios ritmos.
En 1295 los burgueses de Carcasona iniciaron una protesta comandados por el francés Bernard Delicieux, pero este fue encarcelado y como respuesta en 1296 nombraron un lieutenant du roi.
Más tarde, se crearon nuevos senescalados: Roergue, Auvernia, Carcin y Albigense.
De este modo, en 1501 se creó en Ais un Parlamento que obtenía poderes jurídicos, políticos y fiscales en Provenza, pero, eso sí, con funcionarios franceses.
Del 1524 al 1544 fue atacada por el emperador Carlos V, quien en 1524 entró en Ais y asedió infructuosamente Marsella.
La segunda mitad del siglo XIX será la gran oportunidad perdida para la formación de un nacionalismo (o regionalismo occitano).
Ya en 1866 había creado un prototipo, el Éole, con motor a vapor, que se levantaría por primera vez en 1890.
Aun así, fue el precursor de la aviación en Europa, y facilitó que entre 1914 y 1918 el joven empresario tolosano Laticoère construyera aviones militares, a la vez que con Didier Saurat fundaría en Tolosa años más tarde el Aeropostale, primera empresa de transporte aéreo con Sudamérica vía Barcelona, Alicante, Casablanca y Dakar.
Aun así, Occitania no fue ocupada directamente por el Tercer Reich, y Burdeos fue durante un tiempo la sede del gobierno francés huido de París.
Desde aquí ayudaría a los catalanistas exiliados como Pompeu Fabra, y colaboraría con los occitanistas resistentes Carles Camprós e Ismael Girard hasta que fue enviado al campo de Dachau en 1944.
Los occitanistas colaboracionistas fueron perseguidos, y los resistentes, a menudo atacados tanto por los gaullistas como por los comunistas.
En este contexto, el 24 de abril de 1945 la SEO dejaría definitivamente al nuevo Instituto de Estudios Occitanos (IEO), con sede en Tolosa, y que editaba las revistas "Occitania" y Annales del IEO; que quiere promover la cultura occitana y reivindica la enseñanza del occitano en la escuela, a la vez que proponen una grafía unificada.
También había colegios que cogían alumnos procedentes de las escuelas bilingües, pero solo con cinco horas semanales en occitano (lengua, historia y geografía); en el resto de escuelas, pero, sólo hay una o dos horas a la semana en occitano, y no en todas.