El nombre actual del golfo apareció al menos en el siglo XIII (en latín sinus Leonis, mare Leonis) y podría venir de la comparación con un león: sugeriría sencillamente que aquella parte del mar sería tan peligrosa como un león porque tiene vientos muy violentos y sorprendentes que amenazan los barcos.
Un nombre anterior, durante la Edad Antigua romana, era sinus Gallicus, en latín clásico, que significa «golfo Gálico».
Esta extensión rejuveneció un marco tectónico muy complejo heredado de la evolución Tethyan y la orogénesis pirenaica.
La orogenia en el Eoceno que provocó la aparición de los Pirineos comprimió y adelgazó toda la corteza.
Los geólogos predicen que habrá considerables yacimientos de petróleo mar adentro en los márgenes del golfo.