Fue uno de los autores más populares del Renacimiento (se ha calculado que sus obras se publicaron durante los siglos XVI y XVII más de 600 veces por toda Europa).
[1] Fue segundón y como tal se le destinó a la carrera eclesiástica, aunque gracias a los buenos oficios de un tío suyo pudo educarse en la Corte, «do me crie, crescí y viví algunos tiempos, más acompañado de vicios que no de cuidados».
Allí, según él, aunque no se ha podido documentar, fue paje del príncipe don Juan[1] y, muerto este, de la reina Isabel la Católica.
Durante los años siguientes recorrió varias ciudades de Castilla junto al emperador.
Durante este último año se halló en Roma en la ya citada coronación del Emperador y en Nápoles.
[2][3][4][5] Su vida religiosa franciscana y su activa y ajetreada vida cortesana disuenan altamente: persiguió constantemente la notoriedad y acusó un gran desorden intelectual que le hizo usar las citas de autores grecolatinos sin preocuparse de asegurar sus fuentes, en su mayoría erróneas, ni de someterlas a crítica; es más, llegó a falsearlas o inventarlas conscientemente.