Sus padres eran los hidalgos[7] Manuel de Lezama y Vitoria[3][7] (n.
[8] Del hermano mayor tuvo un sobrino llamado José María de Lezama y Arana (n.
1810) que se unió en matrimonio hacia 1844 con Severina de Tapia y Urcullu (n.
[18] Las sobrinas más pequeñas eran la segundogénita Dominga de Lezama y Quiñones (Salta, ca.
1805 - f. La Plata) casada en Chuquisaca con el coronel altoperuano José Gabriel Téllez,[19] y la menor María Carlota de San José de Lezama y Quiñones (n. ib.
1760), los cuales también migraron en el año 1800 al virreinato rioplatense, llevando consigo a sus tres hijos: Francisco (n.
1825), seguido por las menores, Isabel de Lezama Carballido[22][27] (n.
[28] Del tercer primo llamado José Ramón de Lezama Garay[21] (n. Baracaldo,[21] ca.
1790) que se unió en matrimonio con su concuñada Manuela Carballido (n. ca.
1805), Francisco Asensio tuvo dos sobrinos segundos, el primogénito era el hacendado Salustiano de Lezama Carballido[26][29][30][31][32] que en el año 1856[29][30] fue el primer concejal de la nueva municipalidad del partido de Chascomús[29][30] que se había casado con Isolina David Castro[31][26][32] y fueron padres de dos hijos, uno homónimo y la porteña Isabel Lezama Castro[32][33][34] que se enlazaría con el escribano público Francisco Juan Silva Campero,[33] para concebir entre otros al veterinario-agrónomo[33] Antonio Manuel Silva Lezama[33] quien como hacendado también administraba los campos de Dolores de su familia política Álzaga Unzué.
Enterado del avance en el mes de junio del numeroso ejército realista de Juan Pío Tristán, el general Belgrano reclamó al gobierno de Buenos Aires los refuerzos necesarios para la resistencia, pero debido a que las autoridades del Primer Triunvirato y su asesor privado gubernamental Miguel Mariano de Villegas[46] estaban ocupados en vencer en la Banda Oriental a los realistas fortificados en Montevideo —Villegas además era jurisconsulto y síndico procurador general[46] del cabildo bonaerense— le denegaron el apoyo requerido.
El 23 de agosto del citado año, también el ejército procedió a retirarse —completando el Éxodo Jujeño— llevándose el ganado e incendiando las cosechas para desguarnecer al enemigo, y de esta manera, el general Belgrano sería el último en dejar la ciudad deshabitada.
[47] De esta forma, el ejército patriota pudo ir hacia en norte y en dicha urbe volvieron a combatir en la batalla de Salta el 20 de febrero de 1813, en donde los realistas sufrieron una gran derrota, cayendo todos prisioneros, inclusive el brigadier Juan Pío Tristán y el doctor español Gabriel Cuñado que actuaba como médico militar realista, entre otros, pero fueron puestos en libertad luego de jurar que no volverían a tomar las armas contra la revolución americana.
[48] Dicho médico quien fuera otro peninsular español, al igual que Lezama, cumplió su juramento y decidió radicarse en la villa de Jujuy para inaugurar la primera botica de la localidad.
ib.,[44] 1652), además de trastataranieta o chozna materna del capitán Juan Arias Rengel "el Viejo" (n. ca.