1854) era un médico castellano-español y funcionario argentino que llegó al Virreinato del Perú hacia 1807 y actuara como profesional de la sanidad del bando realista en la Guerra de Independencia rioplatense, en 1812.
[3] Sus padres eran Ildefonsa Martín y su marido Gabriel Cuñado-Aldeán Ortiz[4] (n. Valladolid, ca.
[6] Por lo tanto Gabriel Cuñado-Aldeán y Martín era bisnieto de Francisco Cuñado Aldeán (n. Valladolid, ca.
1696), cuya hermana se llamaba Bernarda, y tataranieto del homónimo Francisco Cuñado (n.
[7] Gabriel tenía un hermano mayor que se quedaría en España llamado Manuel Cuñado-Aldeán y Martín (n. Valladolid, ca.
[8] Hacia 1807 el médico Gabriel Cuñado decidió migrar a la Sudamérica española, embarcando desde Cádiz para arribar a Cartagena de Indias, en el Virreinato de Nueva Granada, para continuar su viaje por vía terrestre a Lima, capital del Virreinato del Perú, ya que era la sede del «Protomedicato General».
Todos estos fueron ayudados activamente por los hermanos vasco-españoles radicados en la ciudad de Salta, el militar y cabildante Francisco Asensio y su hermano Juan José de Lezama, con sus respectivas familias.
El 23 de agosto del citado año, el ejército patriota también procedió a retirarse, completando así el Éxodo Jujeño, llevándose el ganado e incendiando las cosechas para desguarnecer al enemigo realista.
Luego, al dirigirse las tropas hacia el sur, terminaría participando en la batalla de Tucumán el 24 y 25 de septiembre del mismo año pero al ser derrotado por el Ejército del Norte —al mando del general Belgrano y secundado por el coronel Eustoquio Díaz Vélez— debieron retroceder hacia el norte.
Dicha decisión popular no sería aceptada por la Argentina hasta cinco décadas después.
[2][18] Luego de la guerra, el doctor Gabriel Cuñado siguió ejerciendo en Jujuy como médico titular hasta 1842.
[26][27] Al no encontrarlo se llevaron presos a los oficiales bolivianos Gabino Roso, Francisco Llanos y José María Aramayo que residían sin permiso en la citada provincia.
Según la opinón del doctor Gabriel Cuñado, la incursión en busca de Campero tenía como objetivo hacer que este revolucionase la Puna jujeña para anexarla a Bolivia.
Por entonces su salud se encontraba quebrantada, por lo cual Velasco escribió una carta al gobernador jujeño Pedro Castañeda explicando su delicada situación, a lo que adjuntó un diagnóstico de tuberculosis en su estado crónico, según la sintomatología que presentaba dicho general, emitido por el doctor Grabriel Cuñado[29] el 5 de abril de 1850 que lo había atendido al caer enfermo,[28] expresaba lo siguiente:
[3][27] A la caída del gobernador bonaerense Juan Manuel de Rosas, quien fuera líder de la Confederación Argentina, el doctor Cuñado integró el 6 de marzo[3][33] del mismo año, por decreto del nuevo gobernador jujeño José Benito Bárcena,[33] como conjuez[3] en el tribunal especial presidido por Mariano Cruz Pérez,[3][33] junto a otros conjueces como Domingo Arenas, Fermín Quintana y Santiago Alvarado, además de dos suplentes y del fiscal José Luis Portal,[33] para juzgar la conducta del depuesto exgobernador Mariano Iturbe y su partido —por la revolución de septiembre de 1851 que depuso al gobernador José López Villar[3] y el asesinato del coronel unitario Mariano Santibáñez,[3][33] que fuera presidente de la Legislatura provincial— por lo cual sería hallado culpable y fusilado en San Pedrito, en mayo del citado año.
[40] Fruto del enlace entre Gabriel Cuñado y la muy joven Francisca Cau de Atienza —cuya familia radicada en Jujuy antes del éxodo homónimo, retornaron en agosto de 1813 a la misma villa— hubo cuatro hijos:[41][42] Una vez fallecido el doctor Cuñado, su viuda Francisca Cau tomaría segundas nupcias hacia 1855 con el diputado jujeño viudo Alejo Belaúnde.