Como exponente del despotismo ilustrado, a Federico se le conoce por modernizar la burocracia y la administración pública prusiana, y por llevar a cabo diversas políticas de carácter religioso, que abarcan desde la tolerancia hasta la opresión, en función de las circunstancias.Algunos críticos, sin embargo, recalcan que sus medidas son opresivas contra sus súbditos polacos conquistados[4][5] Apoyó las artes y la filosofía, aunque al mismo tiempo emitió diversas leyes de censura a la prensa.Murió sin descendencia y le sucedió en el trono su sobrino Federico Guillermo II, hijo de su hermano menor.Casi todos los historiadores alemanes del siglo XIX consideran a Federico el Grande como el modelo romántico de guerrero al que se le debe dar gloria, ya que se le alaba su liderazgo, su eficiencia administrativa, su devoción al deber de gobierno y su éxito en construir una Prusia capaz de asumir un papel principal en Europa.[6] Se mantiene como una figura admirada e histórica después de la derrota del Imperio alemán en la Primera Guerra Mundial; así, el nazismo le glorifica como el líder alemán que precede a la figura de Hitler.[1] A su padre (Federico Guillermo I) también se le conoce popularmente como el rey soldado, por su pasión por la milicia, que le lleva a desarrollar un fuerte ejército, que dirige por la famosa Guardia de Granaderos de Potsdam.En contraste, su madre es una mujer educada, carismática y muy culta, hija de Jorge I del Reino Unido.Aunque Federico Guillermo, su padre, es un devoto calvinista, teme el propio dogma fundamental de esta: la elección incondicional.Sin embargo, por temor a una alianza entre Prusia y Gran Bretaña, el mariscal de campo Friedrich Heinrich von Seckendorff, también embajador austríaco en Berlín, soborna al ministro de Guerra prusiano, Friedrich Wilhelm von Grumbkow, y al embajador en Londres, Benjamin Reichenbach, dedicándose ambos a contaminar las relaciones entre los dos países.Federico Guillermo, su padre, finalmente propone condiciones tan gravosas para el Reino Unido (tales como la entrega del ducado de Jülich o el Estado de Berg), que, al final, la propuesta matrimonial no llega a buen término.Sirve a mi hermano con absoluta devoción y le mantiene informado de todas las acciones del rey».[10] Cuando cuenta con 18 años de edad, Federico conspira para huir a Inglaterra junto con su también confidente, el teniente Hans Hermann von Katte, y otros jóvenes oficiales del ejército.Federico nombra heredero a su hermano Augusto Guillermo, al no tener hijos propios con su esposa.Allí Federico reúne un pequeño número de músicos, actores y otros artistas, entre ellos, Voltaire.En 1739 publica su obra Anti-Maquiavelo, en la que refuta a Maquiavelo y aboga por una mayor exigencia moral para los gobernantes.Durante su largo reinado (1740 a 1786) se convierte en exponente del despotismo ilustrado, en el que introduce algunas reformas inspiradas en esta corriente.[26] Aunque Federico sirvió realmente bajo el mando del Príncipe Eugenio de Saboya, esta fue la primera vez que comandó a un ejército.Creyendo que su ejército había sido derrotado por los austríacos, Federico huyó del campo de batalla a caballo intentando evitar ser capturado[27] dejando al Mariscal de Campo Kurt Schwerin al mando del ejército.En esta guerra, Prusia se enfrentaba a una fortísima coalición en la que se encontraba Austria, Francia, Rusia, Sajonia, Suecia, y algunos estados alemanes de menor entidad, mientras que tan solo contaba con el apoyo de Gran Bretaña, Hesse, Brunswick y Hanover.Tras la guerra de los Siete Años, el ejército prusiano consiguió una elevadísima reputación por toda Europa.[46] Federico despreciaba a los polacos desde su juventud, y existen numerosas citas en las que expresaba prejuicios anti-polacos,[47] llamando «estúpida» a la población polaca y afirmando que «todas estas personas con apellidos terminados en -ski, se merecen solamente el desprecio».[50] Preparó el terreno para desmembrar Polonia-Lituania en 1752 a más tardar, esperando ganar un puente territorial entre Pomerania, Brandemburgo y las provincias orientales de Prusia.Los disidentes protestantes todavía eran libres de practicar su religión, aunque sus escuelas fueron clausuradas, y todos los disidentes podían mantener sus propiedades, aunque Polonia fue reduciendo cada vez más sus derechos civiles tras un periodo de considerable libertad religiosa y política.[56] Según H. M. Scott, Federico deseaba explotar Polonia económicamente para incrementar la riqueza de Prusia.Rechaza la cultura alemana, habla francés en la corte, es flautista y escribe obras para este instrumento.Como miembro de la familia Hohenzollern, Federico II fue educado en el calvinismo, religión que practicó, al menos nominalmente, durante toda su vida.A pesar de ello, tan sólo aquellos que mantenían prácticas protestantes podían ser elegidos por el rey para desempeñar cargos públicos.[cita requerida] Existen sospechas presumiblemente fundadas sobre la supuesta homosexualidad de Federico II el Grande, pero ningún dato definitivo.En general, Federico tiene una opinión muy pobre de las mujeres, aunque él mismo levanta rumores sobre sus amantes femeninas y su vida disoluta.Federico había decretado en su voluntad ser enterrado allí por la noche con el séquito más pequeño y la luz de una linterna.