Parece que maestros franceses acudieron a Alemania para levantar edificios tales como la iglesia de Santa Isabel, acudió con posterioridad mano de obra alemana, que difundió estos diseños.
Hasta el siglo XVI, los príncipes (Landgraves) de Hesse fueron enterrados en la iglesia.
Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, los cadáveres del matrimonio Hindenburg fueron encontrados por los estadounidenses en el Memorial de Tannenberg en la antigua Prusia Oriental cuando buscaban reductos con explosivos.
Después de muchas reuniones, en las que incluso se pensó en destruir dichos cuerpos para prevenir la reacción de los grupos ultraderechistas, se decidió darles un sepulcro secreto.
Aún se encuentran allí, aunque, por decisión del clero, el sepulcro no cuenta con iluminación.