El Tratado establecía que Austria debía devolver a Baviera todo el territorio que había adquirido en el último año, salvo un pequeño distrito en la parte oriental del río Eno, y que también debía acceder a la futura unión de Prusia con Ansbach y Bayreuth; y por último, el elector de Sajonia recibiría una indemnización en dinero a cambio de los territorios bávaros que reclamaba.
Carlos Teodoro, el presunto heredero, era el elector Palatino y no tenía hijos legítimos.
Le seguía en orden sucesorio el duque de Zweibrucken.
El emperador José II, intentó ganarse a Carlos Teodoro asegurando el futuro de sus hijos naturales a cambio de que el elector Palatino cediera anticipadamente toda la Baja Baviera y los otros territorios a la casa de Austria.
Como Federico El Grande había ganado para su causa al duque, juntamente con el elector de Sajonia, el cual tenía derecho a la sucesión bávara, se preparó a oponerse con la fuerza y así evitar la expansión en territorio alemán de Austria[2].