Elecciones presidenciales de Argentina de marzo de 1973

Finalmente se impuso una convocatoria amplia y sin condiciones, pero impidiendo con una estratagema formal que Juan Domingo Perón, quien había sido exiliado durante 18 años, pudiera presentarse como candidato.

Pocos días después, Balbín anunció que no se presentaría en la segunda vuelta y Cámpora fue proclamado presidente.

Sin embargo, cinco años más tarde, el dictador Alejandro Agustín Lanusse se encontró encabezando un gobierno militar sumamente impopular, cargado de una violencia política cada vez mayor, y una disminución económica una vez transcurridos los prósperos años sesenta.

En 1971, Lanusse reunió a los líderes políticos nacionales de todas las ideologías para un acuerdo, logrando durante el mismo el Gran Acuerdo Nacional, una hoja de ruta para el retorno al gobierno democrático, en el que por primera vez los militares aceptaban el retorno del peronismo.

El acuerdo, sin embargo, se parecía muy poco a lo que se había discutido y, en cambio, propuso el poder de veto virtual para las Fuerzas Armadas sobre la mayoría de las futuras políticas nacionales y extranjeras.

Las reglas electorales fundamentales que rigieron la elección presidencial fueron establecidas en el texto constitucional entonces vigente (Reforma constitucional de 1957), realizada durante la dictadura autodenominada Revolución Libertadora, el Estatuto Fundamental Temporario de 1972 y la Ley Nº 19.862.

[6]​ Todas estas fuerzas acordaron configurar una coalición electoral: el Frente Justicialista de Liberación (FREJULI), que presentaría una candidatura única en las elecciones presidenciales.

[6]​ A fines de 1972, Perón designó como candidato presidencial a Héctor José Cámpora, dirigente peronista de larga data, perteneciente al sector más inclinado hacia la izquierda del justicialismo (conocido como La Tendencia).

[7]​ Para el compañero de fórmula, Perón propuso a Vicente Solano Lima, dirigente del Partido Conservador Popular.

La Línea Nacional, sector del radicalismo que lideraba Ricardo Balbín y que lo había llevado a ser el principal referente del partido desde la década de 1950, comenzó a enfrentar una creciente oposición interna, encarnada en el Movimiento de Renovación y Cambio, presidido por Raúl Ricardo Alfonsín.

Para las elecciones internas, el naciente alfonsinismo gozaba de amplio apoyo entre las generaciones radicales más jóvenes, como la Junta Coordinadora Nacional y la agrupación estudiantil Franja Morada.

El binomio Balbín-Gamond derrotó a la fórmula Alfonsín-Storani por un margen muy estrecho, de 15.000 votos, siendo proclamado Balbín por tercera vez como candidato presidencial del radicalismo (contando su candidatura por la UCRP en 1958).

Aunque esto no se materializó, Francisco Manrique, Ministro de Bienestar Social entre 1970 y 1972, estableció el pequeño Partido Federal, que se alió con el Partido Demócrata Progresista y la neoperonista Unión Popular, formándose la Alianza Popular Federalista, una coalición de derecha que se propuso suceder en el gobierno al régimen de Lanusse.

A pesar de que la intención del gobierno militar de forzar un balotaje entre Cámpora y Balbín teóricamente se había cumplido, el irónico resultado dejaba una situación muy desigual: Cámpora había sobrepasado a Balbín por casi treinta puntos de diferencia, siendo prácticamente imposible que el candidato radical obtuviese la victoria en segunda vuelta.

Los únicos dos gobernadores ajenos al PJ, Sapag y Silvestre Begnis, se mantuvieron en sus cargos hasta el golpe.

Afiche de campaña de Cámpora, resaltándolo como un candidato "leal" a Perón.
Un joven Ítalo Luder (centro de la imagen) en campaña para la formula Héctor Cámpora - Solano Lima (1973).
Cámpora emitiendo su voto.