El perfeccionamiento de las técnicas cerámicas le permitió la experimentación con los procesos metalúrgicos, comenzando así a comprenderlos.Cuando ya los controlaba empezó a realizar diversas aleaciones con otros minerales, siendo las más habituales la mezcla con arsénico, primero, y la posterior con estaño, la cual dio lugar al bronce.Solo a partir del Periodo Horizonte Medio (600-1000 d. C.) se usó el cobre para fabricar objetos de bronce arsenical, estañífero o en aleación con estaño y níquel.[5] Aunque el Calcolítico debe su nombre y siempre se ha identificado con el uso de los primeros metales por parte del hombre, hay muchos otros procesos de cambio asociados que son incluso más importantes que la propia metalurgia: Todos ellos juntos provocaron a partir del V milenio a. C. en el entorno del Mediterráneo oriental un fenómeno que se ha denominado emergencia de las primeras sociedades complejas.Así, se pudieron ampliar las superficies en explotación y, gracias a la aparición del carro, transportar los excedentes producidos para su intercambio.Marginados actualmente los modelos difusionistas, el debate se ha centrado últimamente en la importancia que tuvieron en la transmisión cultural los contactos entre grupos humanos, probados por abundantes evidencias.Asimismo se produjo un claro crecimiento demográfico, que provocó la expansión, estabilización y nuclearización de las poblaciones, que, sobre todo en el área mediterránea, alcanzaron niveles considerados como proto-urbanos, con estructuras suntuarias, cierto urbanismo y una incipiente jerarquización de los asentamientos.[8][6] El carácter transformador de la metalurgia probablemente debió incidir en las mitologías calcolíticas generando divinidades demiúrgicas (modificadoras de la materia), y la estratificación social se debió reflejar también en unos panteones más jerarquizados, regidos por deidades masculinas y guerreras, que desplazaron a las diosas madre neolíticas.Durante esta época aparecieron las convenciones artísticas[10] y los signos religiosos (de inicial carácter totémico) que estructuraron posteriormente el Egipto faraónico.La religión aparece reflejada a través de ciertos edificios considerados templos, que albergan en su interior altares decorados en rojo sobre blanco con motivos solares y espirales.Se supone que sería una religión solar, asociada al culto de la Diosa madre, cuyos ídolos (muy esquematizados) aparecen en abundancia.También se encuentran figurillas votivas con rasgos individuales, tanto femeninas como masculinas y de parejas.El urbanismo muestra continuidad con la fase neolítica anterior, con la salvedad de que los poblados suelen estar fortificados.Los edificios seguían un plan urbanístico, ordenados en círculos concéntricos sucesivos, con callejones radiales que partían del centro y aprovechaban al máximo el espacio disponible.Estos grupos eran una amalgama de pueblos diferentes que habitaban las estepas euroasiáticas al norte del mar Negro y que compartían algunos rasgos culturales comunes como los enterramientos en túmulos (kurganes), el uso del caballo o una economía ganadera.[20] El considerable aumento demográfico en las islas Cícladas no pudo deberse a una intensificación agraria, ya que sus suelos son, en general, relativamente pobres, sino, más bien, a su riqueza en materias primas: plata, cobre, obsidiana, mármol, etc.[18] Ya desde finales del Neolítico en Creta habían aparecido viviendas rectangulares compartimentadas y con almacenes, en las cuales se han hallado algunos objetos de cobre.Mientras que los asentamientos nos son prácticamente desconocidos (aunque se han identificado algunas cabañas de forma oval), las estructuras funerarias y rituales alcanzaron una monumentalidad sin parangón para la época.Ggantija, Hagar Qim, Mnajdra o Tarxien, por mencionar los principales, están construidos siguiendo la misma tipología, aunque unos presentan mayor complejidad que otros: un corredor como eje principal que atraviesa distintos espacios de forma ovalada y en conjunto tienen una planta similar a un trébol.Son características sus poblaciones fortificadas, que alcanzaron en los casos de Los Millares o Zambujal un considerable tamaño.Pero las modernas dataciones con carbono-14 han establecido su anterioridad a estas últimas y, además, todavía no se ha encontrado un solo objeto de procedencia oriental, aunque algunos ídolos tienen ciertas semejanzas formales.La abundante cerámica encontrada, dividida en cinco tipologías, sufrió inicialmente un empobrecimiento formal en comparación con la época anterior, así como la pérdida de toda decoración.Actualmente, a las viejas explicaciones difusionistas se prefieren unos modelos menos rupturistas y con más matices, aunque se reconoce una cierta aculturación externa: en esta época la mayoría del cobre era de procedencia caucásica y un porcentaje significativo de recipientes cerámicos seguían modelos orientales (cerámica cordada) o egeos (piezas lisas o acanaladas).[25] Los ritos fúnebres se asociarían a los pueblos orientales, ya que la presencia de ocre en las tumbas es habitual.El culto parece que estaba centrado en la Gran Madre exclusivamente, apareciendo también algunas estatuillas humanas, posiblemente ofrendas.[24] El vaso campaniforme fue una manifestación cultural calcolítica que se expandió por casi toda Europa occidental, llegando a utilizarse hasta la I Edad del Bronce.Ha sido relacionado con la difusión de la metalurgia del cobre hasta tal punto que se ha convertido en su fósil director.Los vasos más tempranos han sido descritos como de estilo internacional, que incluiría los grupos Marítimo y AOO (all over ornamented/ornamentado y encordado completamente), mientras que los estilos posteriores se enmarcan en distintos desarrollos regionales.Los ajuares fueron muy uniformes e incluían un vaso, un ánfora, útiles líticos u óseos y hachas rituales para los hombres, mientras que las mujeres eran enterradas con objetos suntuarios en vez de armas.[33] A partir del 3000 a. C., en Gran Bretaña fueron siendo sustituidos los campos atrincherados anteriores por los complejos círculos de ortostatos conocidos como henges.