Detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado en Argentina

Encerradas en centros clandestinos de detención, eran sometidas a torturas y en muchos casos asesinadas.Por la misma fecha, y según los mismos documentos desclasificados, el entonces embajador en Buenos Aires, Robert Hill habría manifestado: "Es nuestra estimación que al menos varios miles fueron asesinados y dudamos que alguna vez sea posible establecer una cifra más específica".[6]​[7]​ Aseguraba que "la cifra de 30 000 no es ni arbitraria ni caprichosa, aunque es lamentable reducir la dimensión de la tragedia argentina a un problema contable" ya que "el carácter masivo, criminal y abyecto no se mide por un resultado aritmético, al menos para los que creemos que cuando se asesina un hombre se está asesinando a la humanidad".Según palabras textuales de Hitler, el resto de los opositores debían ser detenidos durante «la noche y la niebla» (por el Decreto Nacht und Nebel) y llevados clandestinamente a Alemania sin dar otra información que el hecho de su detención.[15]​ Pocos meses después del desastre en Indochina, Francia debió enfrentar otra guerra de independencia, esta vez emprendida por la guerrilla del Frente de Liberación Nacional de Argelia que, al igual que en Vietnam, contaba con fuerte inserción en la población colonizada.En ese contexto el coronel francés Charles Lacheroy publicó el libro La campagne d’Indochine, ou une leçon de guerre révolutionnaire (La campaña de Indochina, o una lección de guerra revolucionaria),[16]​ donde expone conceptos tácticos y estratégicos que venía elaborando desde dos años antes.Lacheroy admite en su libro que en este tipo de guerras, se deben usar métodos «repugnantes para la conciencia humana».Se crearon escuadrones de la muerte para secuestrar, interrogar bajo tortura y hacer desaparecer personas.Los cursos utilizaron como texto el manual La guerra moderna, del coronel Roger Trinquier, donde se justificaba abiertamente la tortura.En 1976, una comisión parlamentaria del Partido Demócrata, durante el gobierno de Jimmy Carter, reconoció las prácticas criminales que se estaban enseñando y promoviendo en la Escuela de las Américas y obligó a suspender sus actividades.Atrapaban a las víctimas en la calle, en bares, cines, en sus casas o en el lugar donde se encontraran en ese momento.Varios de los que presenciaban la escena se aprestaron a intervenir, ante lo cual los tres secuestradores los amedrentaron, extrayendo armas de fuego y efectuando varios tiros al aire.Seguidamente introdujeron a la chica en el vehículo y partieron velozmente.Ningún organismo brindaba información sobre el paradero de las víctimas a los familiares.En 1978 el agente secreto chileno Enrique Arancibia Clavel, envió un informe con un listado parcial de personas muertas y desaparecidas entre 1975 y julio de 1978 en Argentina, en el que afirma que hasta esa fecha se habían listado 22 000.[6]​[7]​ Aseguraba que "la cifra de 30 000 no es ni arbitraria ni caprichosa, aunque es lamentable reducir la dimensión de la tragedia argentina a un problema contable" ya que "el carácter masivo, criminal y abyecto no se mide por un resultado aritmético, al menos para los que creemos que cuando se asesina un hombre se está asesinando a la humanidad".Desde entonces, ha existido una corriente negacionista en Argentina, orientada a negar los hechos o discutir las estimaciones de personas desaparecidas.[5]​ En 1997 el exmilitar carapintada y exdiputado nacional Aldo Rico cuestionó las desapariciones afirmando públicamente que «Si gana la oposición, muchos de los 11 600 desaparecidos que hubo van a aparecer».[9]​ Más tarde, el propio Luis Labraña reafirmó ese dicho en televisión, asegurando que la cifra fue inventada por él mientras estaban un grupo de jefes de Montoneros en Europa pidiendo subsídios a distintas ONGs.[50]​[51]​[52]​[53]​[54]​[55]​ El Estado solo subsidió a los familiares de 9334 desaparecidos denunciados.[56]​[57]​ El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel le respondió a Lopérfido en los siguientes términos: Meses después el excombatiente de Malvinas, Mayor del Ejército, ex carapintada, doctor en ciencias políticas y, por ese entonces, director de Aduanas Juan Gómez Centurión, puso en cuestión la cantidad de muertos por la dictadura al afirmar que «no es lo mismo 8 000 verdades que 22 000 mentiras».Se los enjuició por los mismos tribunales que pueden enjuiciar a cualquier ciudadano, aplicando el código penal vigente en la República desde 1922.Los condenados permanecieron presos hasta que en 1990 el presidente justicialista Carlos Menem los indultó permitiendo la liberación de los que no estaban procesados por otros crímenes no alcanzados por el indulto, como la apropiación de hijos nacidos durante el cautiverio de sus padres.Desde 1985 se abrieron procesos judiciales en Italia, por los ciudadanos de origen italiano desaparecidos en Argentina.Años después también se presentaron denuncias penales contra miembros de la dictadura militar Argentina en España, Alemania, Suiza y Suecia.A continuación se realiza una breve lista de algunas de las obras más destacadas: Otras obras artísticas mencionan la desaparición forzada en otros lugares del mundo.
Informe secreto de Arancibia Clavel que cuantifica en 22 000 los muertos y desaparecidos a julio de 1978.
Documento de la Embajada de Estados Unidos que revela que a fines de 1978, el Vaticano había sido informado por altos funcionarios de la dictadura argentina, sobre 15 000 desaparecidos muertos.
Marcha con fotos de desaparecidos durante el trigésimo aniversario del golpe de Estado de 1976.