Allí se señala que fue recibido y entrevistado por el titular del Servicio de Inteligencia Naval, Capitán Eduardo Osvaldo Invierno.
Posteriormente se supo, por declaraciones del propio Adolfo Scilingo, que Devoto fue arrojado al mar en los vuelos de la muerte con vida pero, a diferencia de los demás prisioneros, sin haber sido sedado.
Ya en julio de 2007, al comprobarse su complicidad en otras 255 detenciones ilegales, el Tribunal Supremo español elevó la condena a 1084 años.
[11] A Scilingo se le concedió un tercer grado penitenciario ―también conocido como «régimen Cenicienta»―, por el cual queda libre durante el día pero debe volver a la cárcel para dormir, salvo los fines de semana.
Este recurso tiene distintos niveles, y el que se le otorgó al represor es más flexible: lo exime de volver por las noches a prisión y lo habilita a dormir en un CIS.