Carlos de Borbón y Austria-Este

[4]​ Ante el avance de la revolución también en Austria, tuvieron que cruzar toda Europa para llegar a Londres, y vivieron allí en la pobreza durante dos años, al no poder hacer uso de sus rentas austríacas.Durante el viaje en tren desde Viena, en una confusión, el pequeño Carlos fue aplastado por las maletas y su madre llegó a temer por su vida, aunque no sufrió lesión alguna.Pasaron también temporadas en Venecia, hasta que se asentaron en Massa y Carrara.Su padre marchó entonces para Inglaterra acompañado del general carlista José Sacanell.[6]​ Allí, sin embargo, desarrolló tendencias liberales en contradicción con su propia familia y mujer, de la que se acabó separando.Únicamente su madre se negaba a patrocinar semejante idea, pero cedió finalmente ante los decididos propósitos de Don Carlos,[3]​ quien empezó a recibir la visita de los personajes carlistas más significados (Marichalar, Algarra, Tristany, Mergeliza, etc.), publicándose poco después un manifiesto suyo en La Esperanza.[3]​ En diciembre de 1867 Prim y Sagasta, en nombre de los liberales progresistas (que poco después iban a destronar a Isabel II), se reunieron con Ramón Cabrera en Wentworth.En octubre de 1869, Don Carlos entregó la dirección político-militar del carlismo a Ramón Cabrera, quien dimitió en marzo de 1870 debido a discrepancias con el pretendiente y con notables figuras del movimiento carlista.Se organizó también una red periódicos, casinos y centros carlistas para promover el ideario tradicionalista, estrategia que se probó exitosa, ya que en las elecciones de 1871 el carlismo consiguió 50 diputados en el Congreso de los Diputados.[13]​ El pretendiente Carlos VII reconoció que, aunque se proponía restaurar «la España antigua», el Antiguo régimen no podía volver tal como había sido antes, sino que necesitaba grandes reformas.[21]​ Los liberales eran considerados por los carlistas como enemigos de la fe y de la patria, identificándolos con los moros y los franceses, aludiendo a que estos ya habían sido derrotados en el pasado.Para vencer a «los enemigos de España», los españoles debían «tomar todos la cruz».Fijó definitivamente su residencia en Venecia en el palacio de Loredán,[3]​ aunque pasaba también temporadas en Viareggio, donde residía su esposa Margarita.[29]​ En 1879 había nombrado a Cándido Nocedal como su representante en España, pero la controversia entre el periódico que este dirigía, El Siglo Futuro, y otro periódico carlista madrileño, La Fé, llevó a disputas y enfrentamientos entre los carlistas españoles.Puedes contribuir aportando información sobre títulos y tratamientos de esta persona.
Sello de correos de Carlos VII
Junta de Vevey (Suiza) de la Comunión Católico-Monárquica en 1870.
Perra chica acuñada en 1875
El pretendiente Carlos VII , en un dibujo de la revista británica Vanity Fair de 1876.
Don Carlos de Borbón y familia (1886)