[13] El conflicto se desencadenó el 12 de julio, cuando combatientes de Hezbolá lanzaron cohetes sobre las poblaciones fronterizas israelíes, entre ellos un ataque con proyectiles antitanque a dos vehículos blindados ligeros Humvee que patrullaban en la frontera vallada.La emboscada dejó tres soldados israelíes muertos y otros dos fueron hechos prisioneros, que fueron trasladados al interior del Líbano.[17] El ejército israelí (FDI) desencadenó una invasión terrestre del sur de Líbano e impuso un bloqueo aéreo y naval.[31] Tanto el gobierno libanés como la FINUL declararon que ellos no desarmarían a Hezbolá.[37][38] Israel se retiró a lo que denominó «franja de seguridad» en la frontera sur, donde se mantuvo con la colaboración de una milicia patrocinada, el Ejército del Sur del Líbano (SLA en inglés).Aunque la mayoría de las facciones acordaron desarmarse, tanto Hezbolá como el SLA rehusaron hacerlo.[44] Las semanas previas a la crisis israelo-libanesa habían estado marcadas por el significativo aumento de los cohetes Qassam,[45] lanzados desde Gaza por grupos palestinos sobre objetivos israelíes, y las consiguientes respuestas israelíes, causantes de numerosas bajas entre los palestinos.Algunos analistas, como David Hirts, consideraron que Hezbolá estaba poniendo en práctica una nueva estrategia dentro del conflicto regional árabe-israelí,[52] en apoyo al partido Hamás, que en esos momentos se hallaba acosado en la Franja de Gaza.En la tercera semana de los enfrentamientos, iniciados con ataques aéreos, Israel dio paso a la ofensiva terrestre en el sur del Líbano.[104] Kofi Annan, Secretario General de la ONU, declaró tras el ataque: "nadie duda del derecho de Israel a la legítima defensa, pero que la manera en que actúa está causando muertes y sufrimiento en proporciones inaceptables".Por otro lado, al menos 17 personas murieron y varias más resultaron heridas en un ataque israelí contra un edificio en la ciudad sureña de Taiba.La policía afirmó que unos 130 cohetes habían sido disparados hacia Israel en tan solo 90 minutos, entre las 16:00 y las 17:30.Estos datos no incluyen a soldados muertos y heridos en suelo libanés.[114] Al principio, en Israel, el apoyo a la guerra era total,[115] pero ante las pérdidas humanas, esa situación cambió.En Europa, las críticas más duras a la acción israelí fueron hechas por el presidente francés, Jacques Chirac, aliado del Líbano[cita requerida], quien se preguntó si Israel buscaba la destrucción del Líbano y consideró que su reacción a la captura de sus soldados era totalmente desproporcionada.[120] El presidente del Gobierno Español, José Luis Rodríguez Zapatero, también fue muy crítico[121] y declaró: «Los silencios ante lo que hoy se vive en Oriente Medio pueden ser arrepentimientos mañana», declaraciones del 16 de julio de 2006 en Alicante y por la Santa Sede,[122] quienes fustigaron la dura reacción israelí, aunque salvaguardaron su derecho a la legítima defensa.[135] Por su parte, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, principal soporte político y militar de Hezbolá, ha declarado que la «mejor solución» a la crisis del Líbano es la eliminación de Israel, aunque pidió, como primera medida, un "inmediato alto el fuego" entre Israel y la milicia chií libanesa Hezbolá.Ahmadineyad, además pidió a todos los estados musulmanes que «corten todas sus relaciones políticas y económicas, abiertas y secretas, con el falso e ilegal régimen sionista» en represalia por los ataques contra el Líbano.[144] Por su parte, el primer ministro italiano, Romano Prodi, mantuvo contactos con el premier Israelí, y comunicó al Líbano que este país estaría dispuesto a un cese del fuego, en caso de ser devueltos los soldados, y que Hezbolá se retirase al norte del río Litani (antiguo Leontes), en el sur libanés.[145] En tanto, el Alto Comisionado de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Javier Solana, efectuó una visita sorpresa al Líbano,[146] junto con el representante de las Naciones Unidas para Oriente Medio, Terje Rød-Larsen.[147] El presidente del Congreso Libanés, Nabih Berri, ha manifestado que su Gobierno busca la mediación de un tercer actor para obtener un alto al fuego.[148] En su visita a Israel, durante los días 10 y 11 de septiembre, el primer ministro británico, Tony Blair, afirmó que sería «insensato» ignorar la amenaza que supone Irán y emplazó a Israel y al Gobierno palestino a reforzar el proceso de paz en una entrevista publicada hoy por el diario israelí Haaretz.Israel, por su parte, dice apreciar la participación española pero recuerda que no ha pedido el despliegue de una fuerza internacional para garantizar su defensa.El titular de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, admitió que «fue Hezbolá quien desencadenó la crisis».[177] Según un informe publicado por Amnistía Internacional el 14 de septiembre, la milicia chií libanesa Hezbolah cometió "graves violaciones" de los derechos humanos al atacar "deliberadamente" a la población civil israelí durante el conflicto.Aproximadamente, una cuarta parte de los cohetes se dispararon directamente contra zonas urbanas, especifica el documento.[183] En total, según el informe difundido por la citada organización, se quemaron 750 000 árboles y 6680 hectáreas por los incendios provocados por los cohetes del movimiento islamista.[192] Fauzi Salluj advirtió, según el Diario La Crónica y otros medios, que el movimiento chií libanés Hezbolá no entregará los cuerpos de los soldados israelíes capturados (Ehud Goldwasser y Eldad Regev) hasta que haya negociaciones para liberar a los árabes presos en cárceles israelíes y ha declarado que «Ninguno de los dos soldados israelíes será liberado a menos que haya negociaciones sobre el intercambio de prisioneros libaneses e israelíes».[197][198] A Lindenstrauss se suma el Obussman de Israel, quien en su informe expresa que "...todo marchó mal.Los refugios antiaéreos eran insuficientes y no estaban preparados para proteger a los ciudadanos contra los ataques de misiles.
Localidades del Líbano bombardeadas entre los días 12 y 27 de julio.
Detalle de los daños provocados por la metralla y las bolas de acero con que van cargados los
katiushas
con que Hezbolá bombardea las ciudades israelíes.
Balaustrada destruida en una vivienda de
Beirut
por un bombardeo israelí el 20 de julio.
Casa destruida el 31 de julio por impacto de un katiusha en Ma'alot-Tarshiha, Israel.
John Bolton
, Embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas.