La artesanías tradicionales mexicanas fusionan técnicas europeas, asiáticas e indígenas, lo que da lugar a un estilo único conocido como mestizo.
Las artesanías mexicanas y el arte folklórico comprenden una variada colección de objetos elaborados con diferentes materiales, diseñados para fines utilitarios, decorativos o rituales.
[3][5] Desde principios del siglo XX hasta hoy en día, el arte folklórico mexicano ha inspirado a famosos artistas como Diego Rivera, Rufino Tamayo, José Clemente Orozco, Fernández Ledezma, Luis Nishizawa y muchos otros.
[1] Miguel Covarrubias y Salvador Novo definieron la verdadera artesanía mexicana como una mezcla de tradiciones europeas e indígenas, con objetos producidos para consumo doméstico.
[3] El uso audaz de colores en la artesanía y otras construcciones se extiende hasta los tiempos prehispánicos.
Estos serían unidos con otros colores introducidos por contacto europeo y asiático, pero siempre en tonos audaces.
[12] Quiroga fue el primero en mezclar sistemáticamente técnicas nativas y españolas, así como la organización del trabajo.
Sin embargo estas actividades violaban ciertas políticas diseñadas para proteger la agricultura e industria de los españoles peninsulares y se le ordenó detenerlas.
Para ayudar a detener el deterioro socioeconómico de los artesanos se fundaron hermandades, cooperativas y organizaciones profesionales.
Sin embargo los artistas indígenas generalmente no se unían a estas asociaciones y permanecieron con su propias organizaciones socioeconómicas.
No solo las artesanías, sino casi todo lo que era nativamente mexicano fue desechado a favor del estilo y la modernización francesa.
Este grupo incluía personalidades tales como Gerardo Murillo, Javier Guerrero, Ixca Farías, Roberto Montenegro y Gabriel Fernández Ledezma.
[3][20] El arte folclórico tuvo una influencia significativa en las bellas artes en México durante estas décadas, la cual puede ser observada en las pinturas de Frida Kahlo, María Izquierdo, Roberto Montenegro y otros.
Durante la mayor parte del siglo XX, lo que más se había discutido sobre la artesanía mexicana es su significado colectivo, especialmente identificándola con varios grupos étnicos.
Sin embargo, este apoyo no llevó a colecciones de museo mayores o valoraciones más elevadas sobre el trabajo producido.
Hoy, solo un puñado de personas aún trabajan la cera y para todos los efectos, la artesanía está muerta en México.
La glorificación de las artesanías e íconos nacionales, arquetipos y prototipos en la primera mitad del siglo XX tuvo algunos efectos negativos.
Ciertas imágenes tales como la China Poblana, escenas rurales, charros etc. comenzaron a aparecer casi por doquier en los productos que los artesanos estaban haciendo.
Durante la misma década los primeros estudios socioeconómicos sobre estas tradiciones artísticas tuvieron lugar, con la finalidad de establecer políticas económicas con respecto a ellas.
Sin embargo, su caso era lo suficientemente conocido que un político del estado lo mencionó a embajada Japonesa en México.
Las máscaras terminaron en la galería llamada Biddingtons en Nueva York, donde alcanzaron precios de hasta 350 dólares cada una, en comparación con los 250 pesos por los que eran vendidas.
Solo el cinco por ciento de los artesanos mexicanos emplea métodos, diseños y promociones innovadoras, con éxito.
El 65% continua haciendo las artesanías con pocas, si es que hay, diferencias en comparación a las de sus antepasados y 30% está en algún lugar del medio.
[33]El trabajo con metal en Mesoamérica, especialmente de plata, oro y cobre, estaba sumamente avanzado cuando los españoles llegaron.
Un objeto de cobre martillado es una gran vasija en donde la grasa del puerco es derretida o caramelizada para hacer dulces.
Sin embargo, el cuero también se puede encontrar en cubiertas de asientos, como las sillas equipale y como pantallas para lámparas.
[45] Un tipo de goma laca o barniz existía en el México prehispánico y era usado en muchas cerámicas.
Como México era la puerta a Asia, las técnicas orientales como el entarimado y otros tipos de incrustaciones, se convirtieron comunes también.
Según la tradición, el término alebrije lo comenzó a utilizar la familia Linares de San Martín Tilcajete, Oaxaca.
Desde entonces su nombre permanece y con el tiempo no sólo hicieron estas figuras, sino animales con muchos elementos imaginarios.