Francisco Toledo

En su faceta como activista, apoyó numerosas causas enfocadas, tanto a la promoción y conservación del patrimonio artístico mexicano, como al libre acceso a la formación artística y el cuidado del medio ambiente natural.

Toledo, escribió la crítica Lelia Driben, “fragua [...] un universo que ata cabos con lo real y, simultáneamente, despliega la metáfora”.

Aunque diversas fuentes colocan a Juchitán como su lugar de nacimiento, el propio artista declaró en varias ocasiones que nació "por accidente" en la capital mexicana, específicamente en la colonia Tabacalera.

Sin embargo, Toledo resultó un mal estudiante, más interesado en visitar museos, galerías y bibliotecas.

[11]​ Su primera exposición sucedió a los 19 años, en 1959, en la Galería Antonio Souza de la capital mexicana, especializada en apoyar a artistas jóvenes; fue precisamente el galerista y dueño del lugar quien lo rebautizó artísticamente como Francisco Toledo.

En ese mismo año 1959 expuso en el Fort Worth Center, en Texas, Estados Unidos.

En esa misma estancia europea, pasó unos meses en Barcelona, donde trabajó el grabado en la Editorial Polígrafa.En 1965 regresó a México con una nueva perspectiva ideológica y estética.

La muerte, la literatura, la naturaleza humana, el sexo y la escatología son también constantes a lo largo de toda su producción artística.

Óleos, acuarelas, gouaches, dibujo, tintas, aguafuertes, puntaseca, litografía, xilografía, mixografía, escultura, cerámica, tapices.

Él pudo hacerlo porque, con su origen [zapoteca], aporta algo al arte de lo que el mexicano, que ya no vive inmerso en las viejas estructuras, ya no es consciente: eso ’otro’ que podemos llamar, utilizando un término acuñado por Lévi-Strauss, ‘pensamiento salvaje’ - Erika Billeter (p. 103)[9]​Antes de Toledo, desde los muralistas hasta Rufino Tamayo, el arte mexicano tiene más que un proyecto estético, uno de carácter ideológico cuya misión es educar a la población sobre el pasado prehispánico, consolidando así la imagen de "lo mexicano".

[28]​ Luego de su presentación en 2014, los papalotes han sido usados o exhibidos nuevamente.

En un primer momento, recorrieron diversas comunidades del país para dar a conocer entre la población la realidad del país y manifestar pacíficamente la indignación que embargaba a la nación, según explicó el propio artista.

[29]​[30]​ En 2018 fueron incluidos, bajo la forma de una instalación artística, en la exposición Sublevaciones del MUAC.

Las viviendas resultaron afectadas al grado de convertirse en sitios inhabitables para la gente.

La segunda obra, Terremoto (Chin Tacamaya), presentó un tiraje de 30 unidades y se vendieron en 16 mil pesos cada una.

En su columna “Toledo Lee”, en la Revista Proceso, el artista dedicó dos artículos a la elaboración de estas obras gráficas.

[49]​ Por otra parte, el proyecto que llevó su nombre, Ediciones Toledo, publicó su primer libro en 1983.

La editorial impulsó la lengua zapoteca al publicar a escritores juchitecos e istmeños como Francisco Nácar, Macario Matus, Victor de la Cruz y Andrés Henestrosa.

Otra área en la que destacó fue en la poesía, editando a autores mexicanos contemporáneos como Javier Sicilia, David Huerta, Alicia García Bergua y Pura López Colomé.

Además de su participación en la iniciativa del proyecto, Toledo es parte del jardín a través de su diseño, en el cual también estuvo involucrado el artista oaxaqueño Luis Zárate.

[40]​[55]​ A pesar de que se relacionaba constantemente con este tipo de actividades, y los medios hacían un símil con las luchas emprendidas por Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, Toledo decía que los tres muralistas "eran gentes de partido, con convicciones, con una ideología y yo francamente no tengo ni partido ni convicciones ni ideología”; consideraba además que a ellos "les tocó un país que se estaba construyendo y a mí me tocó un país que se está destruyendo”.

[58]​[59]​[60]​ Durante muchos años, Toledo se movilizó contra el cultivo de maíz transgénico en México y a favor del campo nacional.

[61]​[62]​ Previamente, en mayo de 2014, Toledo organizó una serie de actividades sobre el tema en el IAGO, donde tiempo después empezó a recabar las firmas que eventualmente anexó en la carta a Peña Nieto, y que seguiría juntando en distintos puntos del país.

[2]​ A lo largo de su carrera, Toledo participó en numerosas exposiciones colectivas e individuales en ciudades como Nueva York, Londres, París, Ginebra y Oslo, entre otras.

Su muerte fue reportada por medios mexicanos y extranjeros, quienes calificaron el hecho como la pérdida del "artista más importante de México".

Por su parte, el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, lamentó la muerte del artista a través de un mensaje en la red social Twitter: "Ha fallecido el maestro Francisco Toledo, oaxaqueño, gran pintor y extraordinario promotor cultural, auténtico defensor de la naturaleza, las costumbres y las tradiciones de nuestro pueblo.

[5]​[6]​[17]​[70]​[71]​[72]​ The New York Times escribió que Toledo era considerado por muchos como "el artista vivo más grande de México, quien podía trazar su ascedencia hasta los zapotecas que florecieron antes de la Conquista española en el siglo XVI en lo que hoy es el estado sureño de Oaxaca.

Sus pinturas, dibujos, grabados, collages, textiles y cerámicas estuvieron fuertemente inspirados en esa herencia".

Nos deja como legado su magnífica obra, su pasión por nuestro estado y su espléndida calidad humana.

A petición de la familia del artista no hubo ceremonias ostentosa.