Fue notable por su restauración de edificios históricos en Ocotlán.
Nació en Ocotlán de Morelos, Morales fue un niño solitario que a menudo encontró consuelo en el dibujo.
Le gustaba su trabajo y sugirió un oficio: una escultura de una pintura.
Este reconocimiento estimula a Morales, concentrar todos sus esfuerzos en la pintura y, de ganar dinero extra, organizó exposiciones de su obra en galerías pequeñas alrededor de la capital.
Aquí sus cuadros llamaron la atención del famoso pintor mexicano Rufino Tamayo quien más tarde ayudó a establecer contactos con los críticos de arte y galerías de todo el mundo, dando lugar a una serie de exposiciones colectivas e individuales.