Alberto Blanco nació en la Ciudad de México, donde pasó su infancia y adolescencia.
Ingresó en 1994 al Sistema Nacional de Creadores, del cual también fue jurado.
Su trabajo ha sido traducido a una veintena de idiomas, entre ellos: inglés, francés, alemán, portugués, italiano, holandés, sueco, danés, húngaro, japonés, rumano, croata, islandés, finlandés, estonio, búlgaro, zapoteco y ruso.
A la fecha tiene más de mil publicaciones en revistas, catálogos, periódicos y suplementos literarios.
Ha publicado libros completos dedicados a la obra de Joy Laville, Vicente Rojo Almazán, Rodolfo Nieto, Francisco Toledo, el fotógrafo Jorge Vértiz y Sandra Pani.
Asimismo, ha hecho carpetas de grabados y poemas con un gran número de artistas, como Gunther Gerzso, Luis Filcer, Vicente Rojo Almazán, Arnaldo Cohen, Joy Laville, Manuel Marín, Miguel Ángel Alamilla y Nunik Sauret, entre otros.
En 1996 También los insectos son perfectos recibió en Holanda el Diploma "Honor List de IBBY" (International Board on Books for Young People).
En 2002 recibió el premio "Alfonso X el Sabio" a la excelencia en la traducción literaria que otorga San Diego State University.
En 2007 fue nombrado Knapp Chair por un semestre en la Universidad de San Diego, USD.
En 2017 ganó el Premio Xavier Villaurrutia por el primer volumen de su poética (que consta de tres libros) El canto y el vuelo, señalando en el recibimiento que “la poesía es un misterio, un puro lugar común y, al mismo tiempo, una verdad evidente”.
Para decirlo de manera más simple y directa, una oración.” Por su parte, Jerome Rothenberg ha escrito: "Una voz que crece cada vez más en importancia en la poesía mexicana y latinoamericana es la de Alberto Blanco, cuya obra poética cruza fronteras, lo mismo que su trabajo como artista visual, músico, ensayista y traductor."
Y el crítico Julio Ortega añade: “Nada es más difícil que ser un escritor mexicano.
Probablemente a Alberto Blanco le haya tocado asumir la herencia de Octavio Paz.