Artesanía y arte popular en Jalisco

[1]​[2]​ En este estado se producen una gran cantidad de artesanías tradicionales que destacan por su calidad.

En dicha ciudad y en Tlaquepaque, él introdujo técnicas de cerámica modernas, especialmente la del gres al fuego alto.

Por su trabajo, Wilmot fue reconocido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes (México) en 1997.

Un área que es particularmente susceptible es el Mercado de los Nacimientos Navideños y las Figuras Religiosas.

[10]​ La tradición más importante de Jalisco es la cerámica, misma que tiene fama nacional.

Consiste en un acabado poroso, frecuentemente usado en cántaros y jarras, el cual mantiene fríos los líquidos.

La técnica del petatillo está relacionada con la anterior, en esta la arcilla es también bruñida y distinguida por medio del uso de escotillas finas en forma de cruz en áreas que no están pintadas con imágenes, comúnmente animales y plantas.

Estas fueron originalmente sillas ceremoniales, reservadas para sacerdotes y miembros de la nobleza.

[1]​ Los colores tradiciones para las piezas de vidrio incluyen el azul cobalto, ametista y verde.

Por otra parte, configuraciones más modernas han entrado en juego desde la mitad del siglo XX, cuando el catalán, que se estableció en México, Jaime Camarasa comenzó a manufacturar prismas de vidrio para artículos fijos de iluminación y lámparas en Tlaquepaque.

El estaño es trabajado desde las hojas para crear objetos decorativos tales como marcos para espejos y adornos navideños.

[1]​ Parte de la región Huichol yace en Jalisco, y las artesanías asociadas con este grupo étnico se encuentran en el estado.

Originalmente, éstas eran votivas en su naturaleza pero un número de técnicas han sido adaptadas para hacer objetos comerciales.

Estas piezas comerciales abarcan desde aquellas con imágenes tradicionales hasta aquellas que incorporan motivos más modernos.

[9]​ Dado que Jalisco es notable por los charros, el trabajo de la piel y la técnica decorativa llamada piteado son importantes.

[1]​ Las máscaras son hechas en varias partes del estado y a través de diversos materiales, tradicionalmente conectados con las danzas ceremoniales como las de los mecos o apaches en Los Altos, los tastoanes en Santa Cruz de las Huertas (Tonalá), los diablos en Cajititlán, el águila real en Zapopan, los matachines en el norte del estado y los paixtles en Zapotlán el Grande y Tuxpan.

Estas incluyen a Tlaquepaque, Tonalá, Tateposco, San Antonio de las Huertas, El Rosario y Santa Cruz.

Una familia particularmente destacada por sus figuras es la Panduro, misma que ha hecho esto por varias generaciones.

[3]​ Tonalá es casa del Museo Nacional de Cerámica, el cual fue establecido por Jorge Wilmot.

La mayoría son compradas cada año durante una fiesta de la Virgen María celebrada en el pueblo.

Uno de los cuartos dentro del Museo Nacional de Cerámica en Tonalá, Jalisco.
Vidrio al fuego para ser soplado como Crista-color en Tonalá.
Objetos de estaño en Tonalá.