[2] La mayoría de la población que convive en el municipio es indígena, incluyendo aguacatecos, chalchitecos, quichés, mames y kanjobales.
Mientras que la parte alta norte, al sur y este del municipio está poblada por los K’iche’ (Quichés).
Muchos indígenas aguacatecos han tenido que emigrar al sureste de México o a los Estados Unidos para desempeñarse como agricultores.
Aparte del idioma español, se habla el aguacateco —también llamado «awakateko», «coyotin», «Awaketeco» o «Balamiha»— y chalchiteco; ambos con núcleo original en el municipio de Aguacatán.
Cuando un aguacateco es maltratado por otro, un chamán es alquilado para ponerse en contacto con el antepasado muerto del individuo ofendido y archivar una queja.
El aguacateco no concibe la vida después de la muerte como un cielo o un infierno, sino como un lugar donde los antepasados ya fallecidos residen y están activos en el transcurso de la vida.
Asimismo, la unidad en cada grupo étnico fue destruida, ya que mientras unos fueron convertidos, otros conservaron la práctica tradicionalista.
[cita requerida] En la religión tradicional, los antepasados difuntos juegan un papel prominente en la enfermedad y la curación.
El bienestar o la salud pueden depender de las acciones y el comportamiento del individuo.
[cita requerida] Antes de 1960, los festivales regulares eran llamados «k'ej» (fiestas) duraban siete días e implicaban desfiles, música, baile y mucha bebida.
Como todos los grupos étnicos de la región, ellos están perdiendo lentamente sus tradiciones ancestrales.
Al hacer esto, los abuelos levantan la camisa y el güipil para pegarles trece veces con el mecapal, previamente los abuelos dicen textualmente: Con la autorización del sacerdote les pegaban las trece veces.
Los padres han descrito sentir pena y humillación durante la ceremonia (cuyo fin es este).
El primer paso para un joven aguacateco, es escoger a su pareja, luego platicar con ella para después si se comprenden mutuamente, dar aviso a sus padres, pero considerando que estos pueden permitir o no su relación de pareja.
En las pedidas, los padres del novio llevan presentes como: pan, café, xhekas, cigarros, guaro o dinero.
Esta ofrenda varía comunidad con comunidad: En cuanto a su indumentaria, se destaca el traje femenino impuesto por los colonizadores españoles durante la época colonial por su diseño que representa los símbolos propios de este pueblo; además de darle distinción al grupo étnico, brinda su propia manera de manifestar su cultura.
El costo promedio de esta prenda se encuentra entre quinientos y mil quetzales.
El color blanco recuerda la pureza, transparencia, claridad, así como la luz del día y la bondad de quien lo porta.
Hoy día, se elaboran con máquina de coser y con costosos adornos.