Su medio hermano, Eduardo VI, gobernó hasta su muerte en 1553, legando la corona a lady Juana Grey y desdeñando las reclamaciones de sus dos medias hermanas, la católica María y la menor Isabel, a pesar de que la ley establecía lo contrario.Isabel fue cautelosa en los asuntos exteriores, maniobrando entre Francia y España, las principales potencias de la época.Apoyó a medias una serie de campañas militares ineficaces y con pocos recursos en los Países Bajos, Francia e Irlanda.El hecho de no haber dado Ana un heredero varón al rey hizo perder interés de este por su esposa, por lo que se orquestó un proceso que permitió a Enrique hacer ejecutar a la reina bajo la acusación de traición (el adulterio al rey se consideraba traición) y brujería, por haber mantenido relaciones incestuosas con su hermano, cargos que hoy se consideran falsos.[e] Cuando su madre murió, fue dejada al cuidado de lady Margaret Bryan hasta que su hermano nació y después fue educada por Katherine Ashley.Isabel tenía entonces tres años cuando fue declarada hija ilegítima, por lo que perdió su título de princesa.En cuanto a su personalidad, Isabel tenía mucho en común con su madre: neurótica, carismática, enamoradiza y fervientemente protestante.También heredó su delicada estructura ósea, así como sus rasgos faciales; del rey, solo su cabello rojizo.Allí, ésta recibió una exquisita educación que le propició una excelente expresión en su inglés natal,[cita requerida] en francés, en italiano, en griego y en latín.La reina intentó entonces apartar a Isabel de la línea sucesoria como castigo, pero el Parlamento se lo impidió.[17] Según la tradición, Isabel recibió la noticia bajo un roble y en respuesta, recitó un verso del salmo 118: A Domino factum est illud et est mirabile in oculis nostris (en español: Esta es obra del Señor y es maravilloso ante nuestros ojos).Las respuestas abiertas y corteses de Isabel fueron recibidas con alegría por la población, quienes se encontraban "maravillosamente encantados" por su nueva reina.[23] Al comienzo de su reinado, la política exterior de Isabel se caracterizó por su cautelosa relación con la España de Felipe II, que se había ofrecido a casarse con ella en 1559,[24] y sus problemáticas relaciones con Escocia y Francia, país este último con el que se encontraba en guerra debido a que su hermana María Tudor había decidido apoyar a su marido Felipe II de España en la guerra casi continua en la que se hallaban inmersas España y Francia desde 1522.Además, en el mismo año (1559), Isabel apoyó la revolución religiosa de John Knox, líder protestante escocés, que buscaba eliminar la influencia católica en Escocia.En 1568, Catherine Grey murió dejando descendientes que por distintas razones no eran aptos para el trono; así pues, María Estuardo vio aún más reforzada su posición de heredera natural del reino.Sin embargo, tanto el Duque de Alba como Felipe II eran reacios a intervenir en Inglaterra, dada la complicada situación en Holanda.Contaba con el apoyo del Papa, que envió tropas y dinero, y de Felipe II, que mandó un pequeño cuerpo expedicionario a Irlanda, aceptando ser coronado en lugar de Isabel cuando la revolución triunfara.Sin embargo, rechazó ser coronada reina de Holanda, ya que eso le hubiera comprometido totalmente en la guerra, y su situación económica no lo permitía.Una nueva conspiración católica contra Isabel otorgó a Felipe la excusa que buscaba.En 1587, Drake atacó con éxito Cádiz, destruyendo varios barcos y retrasando efectivamente hasta 1588 a la famosa Armada Invencible.Sin embargo, la Armada vio frustrado su propósito por la resistencia inglesa, por el bloqueo neerlandés y por el mal tiempo.[26] Más éxito tuvieron sus intervenciones en favor de los protestantes holandeses (8000 soldados) y en la guerra civil francesa, a favor del también protestante Enrique IV de Francia (20 000 soldados), ya que al apoyar a Enrique, Isabel distrajo la atención de España, permitiendo a los rebeldes holandeses recuperarse cuando ya creían su derrota casi segura.Felipe, por su parte, envió también dos expediciones contra Inglaterra, la primera de las cuales logró desembarcar en Cornualles y saquear los territorios circundantes, hecho conocido como batalla de Cornualles, pero la segunda flota naufragó en Finisterre debido a un temporal.Mientras guerreaba contra España, Isabel se tuvo que enfrentar a una nueva rebelión en Irlanda, la Guerra de los Nueve Años irlandesa (1594-1603), donde Red Hugh O'Donnell y Hugh O'Neill se levantaron contra la colonización inglesa.[30] Su papel dentro de la política real será continuada por su hijo Robert, que pronto se convirtió en el líder del Gobierno.[h] Una de las tareas que este último se propuso fue preparar el camino para una sucesión tranquila.Ya que Isabel nunca quiso nombrar sucesores, Cecil se vio obligado a proceder en secreto,[i] entrando en negociaciones con Jacobo VI de Escocia, que tenía fuertes, pero no reconocidos, derechos sobre la corona.[c] Cecil enseñó al impaciente Jacobo a mantenerse en la sucesión asegurando el beneplácito de la reina, sin pedir abiertamente el trono.[34] El ataúd de Isabel fue llevado río abajo en la noche a Whitehall, en una barca iluminada con antorchas, para luego ser dejada en capilla ardiente.Es, junto a Enrique VIII, el único personaje con tres intérpretes que consiguieron una nominación al Óscar.
Retrato de Isabel en su coronación.
Copia de un original, h. 1600.
Isabel I recibiendo embajadores
(
ing.
,
Queen Elizabeth and the Ambassadors
), 1560.
La reina María I de Escocia.
Monedas con la efigie de la reina Isabel I, 1585.
Retrato de Isabel I
(de autor anónimo, hacia 1589), conmemorando la derrota de la armada española (representada en el fondo). Obsérvese el globo terráqueo bajo la mano derecha de la reina, símbolo de su poder mundial.
Retrato de Isabel I, pintado después de 1620, durante el primer renacimiento del interés en su reinado. El Tiempo duerme a su derecha y la Muerte mira por encima del hombro izquierdo; dos
putti
sostienen la corona sobre su cabeza.
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