Su fama en el Reino Unido tampoco tardaría mucho en llegar, ya que su figura se hizo reconocible gracias a su intervención en la película de David Lean Cadenas rotas (Great Expectations, 1946).
En 1950, su popularidad aumentó aún más cuando se casó con Stewart Granger, un matrimonio que duró hasta 1960.
Su esposo la dirigió en una de sus mejores películas: El fuego y la palabra (1960), y posteriormente la volvería a dirigir en 1969 en Con los ojos cerrados, por el que Jean fue candidata al Premio Oscar, en la categoría de mejor actriz principal.
Así, los papeles de la actriz británica serían recordados en series como Norte y Sur o El pájaro espino.
Trabajó con muchos directores, pero no faltaron figuras de relieve como Lean, Olivier, al inicio, y luego los estadounidenses Wyler, Curtiz, Preminger, Daves, Mankiewicz, LeRoy, Brooks, Kubrick, Cukor, Donen, King y Wise.