Henry King

Afamado ya en la época del cine mudo, logró adecuarse muy bien al sonoro (y al color), convirtiéndose en un director de referencia.

La transición al sonoro, pese a su formación silenciosa, le espoleó: el relato quedaría mejor redondeado y la acción resultaría más interesante y compleja.

Siguió trabajando en la nueva 20th Century-Fox, con planteamientos temáticos variados: Chicago (1938), sobre el incendio de esa ciudad; las aventuras de Livingstone, en El explorador perdido (1939); y un film excelente de oeste y aventuras como Tierra de audaces (1939), quizá el mejor trabajo sobre "Jesse James" (con Tyrone Power y Henry Fonda).

En 1944, ganó el Globo de Oro a la mejor dirección por La canción de Bernadette (The Song of Bernadette), basado en una novela homónima del escritor austriaco Franz Werfel.

En 1962, todavía dirigió Suave es la noche sobre la novela homónima de Francis Scott Fitzgerald.