A comienzos del siglo XVI, Giovanni Filippo, médico italiano, describió esta enfermedad y la distinguió de la fiebre reumática.
En 1694, Richard Morton, médico inglés, creía que esta enfermedad era una forma leve de la viruela, y la denominó varicela.
En 1767, el médico inglés William Heberden distinguió ambas enfermedades como diferentes, estableciendo los criterios diagnósticos para diferenciarlas.
[6] La varicela es una infección viral causada por un herpesvirus del género Varicellovirus y la subfamilia Alphaherpesvirinae.
Todos los virus de esta familia rodean su ADN con una cápside icosaédrica con un área proteica triangular que lo recubre.
[9][10] La varicela es por lo general adquirida por la inhalación de gotitas respiratorias en suspensión en el aire desde un huésped infectado.
Esta viremia se caracteriza por la difusión viral entre las células endoteliales capilares y la epidermis.
[cita requerida] Para que el virus de la varicela produzca sus efectos, debe entrar a una célula huésped, para replicarse.
La reactivación del virus resulta en una forma clínicamente distinta, el síndrome de herpes zóster o culebrilla.
Las vesículas suelen aparecer primero por el tronco, la cara, el cuero cabelludo, extendiéndose después por todo el cuerpo.
Otras ayudas para evitar lesiones por rascado e infecciones de la piel son cortar las uñas y un baño diario con un jabón suave.
Aunque en muchos sitios se recomienda facilitar el contagio de los niños para evitar que la contraigan cuando sean mayores, esta práctica está contraindicada, pues la varicela puede dar lugar a complicaciones graves.
En niños sanos menores de 14 años tiene un efecto muy limitado, por lo que no suele utilizarse.
[cita requerida] Aunque la varicela es una enfermedad benigna, a veces aparecen complicaciones en adolescentes y adultos con las defensas bajas (inmunodeprimidos).
Otra complicación típica es la neumonía, que puede ser causada por el propio virus de la varicela o por bacterias.
También son típicas las complicaciones neurológicas, en especial la ataxia cerebelosa (alteración del equilibrio y marcha inestable, que suele desaparecer por sí sola).
[6] Otras posibles complicaciones son la segunda y sucesivas reapariciones, en las que se le llama Herpes Zóster.
[cita requerida] El contagio de la varicela puede prevenirse aislando a las personas afectadas.
Es importante que una persona infectada se lave las manos frecuentemente con agua y jabón o utilice un desinfectante a base de alcohol.
[18] La vacuna frente al varicela-zóster consiste en virus vivos atenuados, lo que se desarrolló en Japón hacia los años 1970, aunque no fue autorizada hasta la siguiente década.
En España hacia 2005, se ha optado por vacunar entre los 10-14 años a los que no han pasado la varicela.
La vacuna también es útil para evitar o reducir la enfermedad en las personas susceptibles expuestas al virus, si se administra en los tres primeros días tras el contacto.