Literatura isabelina

La época isabelina vio un gran florecer de la literatura, especialmente en el campo del teatro.

Sin embargo, las tragedias italianas seguían un principio contrario a la moral de Séneca: mostrar sangre y violencia sobre el escenario.

Aunque la mayor parte de sus obras tuvieron gran éxito, es en sus años postreros (marcados por el principio del reinado de Jacobo I) cuando escribe lo que se consideran sus mejores obras: Hamlet, Otelo, El rey Lear, Macbeth, Antonio y Cleopatra, y La tempestad, una tragicomedia que presenta un episodio de ‘teatro dentro del teatro’: una mascarada en homenaje al nuevo rey.

Las artes mágicas de Próspero, sobre las que descansa la resolución del asunto, apuntan a una fina relación entre el arte y la naturaleza en la poesía.

Las "News from the New World", como señala Frank Kermode, ya se divulgaban y el interés de Shakespeare al respecto es destacado.

Otras importantes figuras del teatro isabelino fueron Christopher Marlowe, Thomas Dekker, John Fletcher y Francis Beaumont.

La temática de Marlowe, sin embargo, es diferente: se centra más en el drama moral del hombre renacentista que en ninguna otra cosa.

Marlowe se sentía fascinado y aterrado por las nuevas fronteras que la ciencia moderna cruzaba.

Basándose en una historia alemana, introdujo al doctor Fausto en Inglaterra, un científico y mago que está obsesionado con la sed de conocimiento y el deseo de llevar los poderes tecnológicos del hombre hasta sus límites.

Sus héroes oscuros deben tener algo del propio Marlowe, cuya precipitada muerte sigue siendo un misterio.

Se sabía que era un ateo, homosexual, con una vida dedicada al alcohol y las peleas, viviendo de los bajos fondos londinenses.

Los tres poetas más destacados de la época fueron: John Lyly, Philip Sidney y Edmund Spenser.

1591), The Defence of Poesy (o An Apology for Poetry, -Defensa de la poesía -,1581, pub.

Es conocido sobre todo por The Faerie Queene (La Reina de las Hadas), un poema épico que celebraba, a través de una alegoría fantástica, a la dinastía Tudor y la reina Isabel I; se publicó primer en tres libros en 1590, y más tarde en seis libros en 1596.

Fue muy influyente a la hora de establecer el soneto como la estrofa adecuada para versificar en inglés.

Además de sus Sonetos, Shakespeare escribió tres poemas largos: Venus y Adonis (Venus and Adonis), La violación de Lucrecia (The Rape of Lucrece) y El lamento del amante (A Lover's Complaint).

Otras tendencias poéticas que cabe citar es, en primer lugar, la canción, esto es, poemas preparados para ponerles música.

Isabel I, retratada h. 1587.
El Teatro Globo . El teatro isabelino se desarrolló a partir de la apertura de estos grandes teatros públicos abiertos.
Portada de los Sonetos de Shakespeare, ed. 1609.
El filósofo Francis Bacon, el prosista más destacado de la época.