Coronación de Isabel I de Inglaterra

El reinado de Juana duró solo nueve días; siendo depuesta por María con apoyo popular, y se declaró monarca legítima.

Sin embargo, fue liberada después de dos meses, pero se la mantuvo en arresto domiciliario.

En mayo de 1555, se creyó que María estaba embarazada, e Isabel fue llevada a la corte.

[8]​ El tono fuertemente protestante del desfile reflejó no solo el deseo del establecimiento de la ciudad para reiniciar la reforma religiosa, sino que la participación del Master of the Revels[9]​ y el Gabinete Real en los preparativos sugieren, al menos, un conocimiento previo, si no dirección activa por parte de Isabel y su gobierno.

[14]​ Las instrucciones e indumentaria para las procesiones del Estado se encontraban establecidas en un libro conocido como Little Device, que originalmente había sido compilado en 1377 para Ricardo III, y que se había utilizado en la mayoría de las coronaciones desde entonces.

Además del relato del evento de Il Schifanoya, también se conserva un folleto llamado The Quene's Majestie's passage through the citie of London to westminster the day before her coronacion escrito por Richard Mulcaster, que fue publicado casi inmediatamente después de la coronación, y con una segunda edición dos meses más tarde.

[19]​ La reina fue transportada sobre una litera cubierta con tejido de oro blanco y forrada en satén rosa.

[15]​ Un plano de la procesión, hecha por el College of Arms, enumera a todos los oficiales de la corte real, ministros del gobierno, jueces, caballeros, barones, pares, capellanes reales, obispos y arzobispos, heraldos y embajadores extranjeros que la seguían.

[21]​ Un niño estaba encaramado sobre el arco central, y dio un discurso a la reina, explicando los detalles del simbolismo, a lo que la reina escuchó "con la mayor atención, mostrando mucha satisfacción".

El trayecto final pasó por Temple Bar, donde Isabel pudo apreciar a la jueza bíblica Débora junto a los tres Estados de Inglaterra, probablemente representando el próximo parlamento que ya había sido convocado para decidir la política religiosa del nuevo gobierno.

En la época, no existía un texto universal para la misa en la Iglesia católica, y en el sur de Inglaterra se acostumbraba a utilizar el rito de Sarum para las celebraciones, aunque las iglesias principales tenían sus variaciones.

Luego, la ceremonia siguió con la unción, la investidura y la coronación real, acompañados por el sonido de las trompetas.

Es evidente que la Epístola y el Evangelio fueron leídos tanto en latín como en inglés, una desviación de la costumbre católica; mientras que, en algún momento durante la misa, Isabel se retiró a una zona con cortinas detrás del altar mayor, y al lado de la Capilla de San Eduardo, un espacio privado en el que el monarca podía hacer los diversos cambios de vestimenta requeridos para el ceremonial.

[32]​ Por otra parte, John Guy[33]​ y Lisa Hilton afirman que el capellán real, George Carew, realizó la misa sin la Elevación, y administró la Sagrada Comunión a la reina dentro del cubículo con cortinas.

[35]​ Finalmente, la reina abandonó la abadía, sonriendo e intercambiando saludos con la multitud, que según Schifanoya, excedía los límites de la gravedad y el decoro.

[5]​ Schifanoya, nuevamente, es el que proporciona la descripción más detallada del banquete.

Westminster Hall había sido decorado con dos enormes tapices colgantes que habían sido comprados por Enrique VIII, representando el Libro del Génesis y los Hechos de los Apóstoles; mientras que en una plataforma elevada, se encontraba un aparador en el que se exhibía una colección de 140 copas de oro y plata.

La fiesta comenzó a las tres de la tarde, cuando la reina se lavó las manos.

Lo más destacado del banquete fue la entrada del Campeón de la Reina, Sir Edward Dymoke, un caballero rural que, por tradición, había tenido el privilegio de participar en todas las coronaciones, donde entraba montado y completamente armado, emitiendo los desafíos tradicionales, a la vez que arrojaba su guantelete.

La familia de Enrique VIII . De izquierda a derecha, muestra a la princesa María , el príncipe Eduardo , Enrique VIII , Juana Seymour y la princesa Isabel . Al fondo, dos bufones de palacio.
Óleo, autor desconocido, h. 1545.
Bosquejo de la procesión de Isabel I a través de las calles de Londres. Los participantes son identificados con escritura de la época.
Autor desconocido, h. 1559.
Dibujo de la procesión.
Extraído de un documento del College of Arms, h. 1559.
Abadía de Westminster .
Fotografía, 2011.