La valquiria o La walkiria (título original en alemán, Die Walküre, WWV 86B) es una ópera épica en tres actos con música y libreto en alemán de Richard Wagner, la segunda de las cuatro que componen el ciclo de El anillo del nibelungo (Der Ring des Nibelungen), y la que se representa más asiduamente, incluso separada del ciclo completo.
Wagner se inspiró en la mitología nórdica al escribir esta obra, específicamente en la Volsunga y la Edda poética.
[2][3] En la versión simplificada del compositor, las valquirias son las hijas del dios Wotan y la madre tierra, la diosa Erda, concebidas como doncellas guerreras para defender el Olimpo germánico, el Valhalla, del acecho de los nibelungos y recoger las almas de los héroes muertos en batalla para llevarlos a su descanso eterno en el Valhalla.
Wagner mezcló el desarrollo del texto de estas dos óperas que fueron las últimas que planeó, por ejemplo La valquiria, originariamente titulada Siegmund und Sieglinde: der Walküre Bestrafung (Sigmundo y Siglinda: el castigo de la valquiria) y lo que se convertiría en El oro del Rin.
Si permitía que pasara demasiado tiempo entre el borrador inicial de un pasaje y su posterior elaboración, encontró que no podía recordar cómo había pensado orquestar el borrador.
En consecuencia, algunos pasajes tuvieron que ser compuestos de nuevo desde el principio.
Entre las más célebres protagonistas de la ópera, se cuentan Amalie Materna que lo estrenó en el Festival de Bayreuth, Lilli Lehmann, Frida Leider, Olive Fremstad, Kirsten Flagstad, Helen Traubel, Marjorie Lawrence, Birgit Nilsson, Astrid Varnay, Régine Crespin, Gwyneth Jones, Eva Marton y Jane Eaglen.
Será Brunilda quien desobedecerá a su padre y desatará la tragedia resultante en El ocaso de los dioses (Götterdämmerung).
Es importante entender que durante este acto, Wagner juega con los nombres e identidades de los personajes.
En un inicio, Sigmundo no revela su nombre y se hace llamar Wehwalt (Weh significa dolor).
Hunding permite que Sigmundo se quede una noche más, pero al amanecer deberán luchar uno contra otro.
Sigmundo ahora libera fácilmente la espada y ella le dice que es Siglinda, su hermana melliza.
Fricka sabe que Wotan, disfrazado como un mortal llamado Wälse, es el padre de Sigmundo y Siglinda.
Wotan narra sus problemas: Erda le había dado una advertencia a Wotan al final de El oro del Rin y este había seducido a la diosa de la tierra (Erda) para poder averiguar más sobre dicha profecía.
Sin embargo, justo como dijo Fricka, Wotan solo podría crear esclavos para sí mismo.
Brunilda se acerca a Sigmundo y le habla de su próxima muerte.
Sigmundo rehúsa seguir a la valquiria al Valhalla cuando descubre que Siglinda no podrá ir con él.
Las otras valquirias se reúnen al pie de la montaña, cada una con un héroe en su alforja.
Las valquirias se sorprenden cuando Brunilda aparece con Sieglinda, una mujer que todavía está viva.
Con las palabras „Der diese Liebe mir ins Herz gehaucht“ («Él que instiló este amor en mí»), introduciendo la tonalidad de Mi mayor, ella identifica sus acciones con el verdadero deseo de Wotan.
Cae el telón al tiempo que la música del fuego mágico de nuevo se expresa en Mi mayor.