[14][15] Los términos «cristal», «molly» o «mandy» coloquialmente se refieren a la MDMA en polvo o en forma cristalina, que se asocia a un mayor grado de pureza, aunque la sustancia así denominada no contenga siempre MDMA.
[16][17] La nomenclatura sistemática para este compuesto es (RS)-1-(1,3-metilenodioxifen-5-il)-N-metilpropan-2-amina, aunque frecuentemente se abrevia usando su nombre semisistemático, 3,4-metilendioximetanfetamina.
[3] El compuesto precursor MDP2P puede sintetizarse a partir de piperonal, isosafrol, o safrol.
Existen numerosos métodos sintéticos descritos en la literatura científica para convertir safrol en MDMA vía diferentes intermediarios, de los cuales el más común es la ya citada MDP2P.
Por ello, si la patente del MDMA siguiera vigente hoy en día se podría comercializar como sustancia natural o semi-natural.
[22] La MDMA y su metabolito MDA se pueden localizar y cuantificar en sangre, plasma u orina, lo que permite monitorizar su uso, confirmar diagnósticos de intoxicación o ayudar en investigaciones forenses sobre accidentes de tráfico, muerte súbita u otros delitos.
El abuso se puede detectar mediante análisis de pelo, saliva o sudor.
[10][26] Un estudio clínico (Fase 3), reveló que el MDMA ligado a una terapia produce un alivio notable en los pacientes con trastorno por estrés postraumático grave.
En este entorno, la música y la iluminación pueden provocar una sinergia que acentúa los efectos de la droga sobre la percepción sensorial.
[31] Los cambios neuroquímicos pueden manifestarse fisiológicamente a corto plazo mediante los siguientes efectos psicoactivos: El consumo promedio diario puede variar y según algunos estudios oscila entre 60 y 70 mg de MDMA, generalmente en forma de clorhidrato,[26] mientras que otras fuentes sitúan esa dosis media en 290 mg.
Las pastillas vendidas como éxtasis a veces contienen MDA (tenamfetamina) en lugar de MDMA;[26] la pureza varía dependiendo del país o la época.
[37] La MDMA alcanza sus máximas concentraciones en el aparato circulatorio entre 90 minutos y tres horas después de la ingestión.
[39] Los metabolitos de MDMA identificados en los seres humanos incluyen la tenamfetamina (MDA), 4-hidroxi-3-metoximetanfetamina (HMMA), 3,4-dihidroxianfetamina (DHA), 3,4-metilenodioxifenil-2-propanona (MDP2P) y 3,4-metilendioxi-n-hidroxianfetamina (MDOH).
En ese caso, se produciría una caída brusca en los niveles extracelulares de serotonina, que tardaría varios días en reponerse.
[57] La temperatura del cerebro humano durante el consumo de MDMA se correlaciona positivamente con la neurotoxicidad inducida por la droga.
[27] Al parecer, con pequeñas cantidades de MDMA, ocurren cambios neuroplásticos adversos en la microvasculatura cerebral y la materia blanca.
En este sentido, los experimentos de Brian Yamamoto[62] realizados en ratas, demostraban que la MDMA dañaba en cierta medida la barrera hematoencefálica del cerebro de dichos animales, y, aunque no existen experimentos al respecto en humanos, podría tener dicho efecto también.
La enzima monoamina oxidasa (MAO) interacciona con la dopamina, liberando así compuestos dañinos para el cerebro.
[72] El Premio Nobel de Química Fritz Haber, dijo haber sintetizado la sustancia a partir de piperonal durante su tesis doctoral, en 1891,[73][74] mientras otras fuentes apuntan a que lo hizo en 1898, sin embargo estos hallazgos no pudieron ser confirmados y los exámenes posteriores no arrojaron pruebas convincentes.
[84][85] El químico Alexander Shulgin sintetizó la MDMA en 1965, según sus propias declaraciones, mientras investigaba para Dow Chemical Company, sin experimentar con las propiedades psicoactivas del compuesto en ese momento.
Este individuo más tarde las reenvió a un cliente del centro de Estados Unidos.
[90] Creyendo que la MDMA permitía a los usuarios evadirse de sus costumbres y percibir el mundo con mayor claridad, Shulgin la llamó drug window o «droga ventana».
Cuanto probó la droga en 1977, Zeff quedó tan impresionado con sus efectos que abandonó su retiro para promover su uso terapéutico.
[85] Según el psiquiatra George Greer, los terapeutas que utilizaron MDMA en sus prácticas «quedaron impresionados por los resultados».
Con la esperanza de evitar la criminalización de la sustancia, como ya había ocurrido años atrás con el LSD y la mescalina, los psicoterapeutas e investigadores que trabajaban con ella limitaron su propagación y la información disponible, al tiempo que realizaban investigaciones informales.
[96] La palabra «éxtasis» entró en el argot en 1981,[98] denominación debida al líder del «grupo de Texas», Michael Clegg,[100] quien creía que con ese nombre la sustancia tendría un mayor atractivo comercial.
Aunque no se nombraba explícitamente al MDMA en la nueva legislación, la prohibición alcanzó a las fenetilaminas.
La MDMA se convirtió en una de las cuatro drogas ilícitas más consumidas en Estados Unidos junto a la cocaína, la heroína y el cannabis.
[130] Las investigaciones llevadas a cabo por Andrew Parrott sobre la seguridad y eficacia de la MDMA indican que podría ser usada en tratamientos para varios trastornos, particularmente para el TEPT, aunque la droga solo beneficia a algunos pacientes;[131] al mismo tiempo, el estudio destaca los efectos neurotóxicos y el deterioro cognitivo en los seres humanos asociados al uso de MDMA y señala que la oxitocina y la cicloserina son fármacos potencialmente más seguros para el tratamiento del TEPT, aunque no existen evidencia clara de su eficacia.
[131] Un segundo experto, Jerrold Meyer, concluyó que los daños causados por la MDMA son potencialmente duraderos y que se necesita mucha más investigación para determinar la eficacia en el tratamiento de estrés postraumático y si los posibles beneficios superan los posibles efectos nocivos a largo plazo para los pacientes.