[1] Las estructuras químicas de los alucinógenos se pueden clasificar en dos grandes categorías: las triptaminas y las fenetilaminas.
El prototipo de las fenetilaminas es la mescalina compuesta natural, el componente activo principal en el cactus peyote Lophophora williamsii.
[2] Del grupo de las fenetilaminas, nace el grupo de las feniletilaminas (que también son sustancias endógenas) que dan origen, por síntesis, a compuestos reconocidos por sus efectos alucinógenos.
[3] Dentro de este último grupo se encuentran: Estos compuestos tienen afinidad relativamente alta por los receptores 5-HT2 de la serotonina y poseen efectos estimulantes lo mismo que psicodélicos.
Las fenetilaminas también existen en formas sustituidas siendo compuestos orgánicos conceptualizables como análogos de dopamina y la adrenalina.