Neurotransmisor

El neurotransmisor se libera desde las vesículas sinápticas en la extremidad de la neurona presináptica, hacia la sinapsis, atraviesa el espacio sináptico y actúa sobre los receptores celulares específicos de la célula objetivo.

[2]​ Los neurotransmisores son biomoléculas que cumplen con los siguientes tres criterios básicos:[2]​[3]​ Un neurotransmisor, al ser liberado, solo se comunica (mediante sinapsis) con una neurona inmediata; en cambio, una hormona es capaz de comunicarse con otra célula alejada de ella, sirviéndose para ello del torrente sanguíneo.

Dependiendo del tipo de receptor, las neuronas postsinápticas son estimuladas (excitadas) o desestimuladas (inhibidas).

Las neuronas son capaces de enviar estímulos varias veces por segundo.

Cuando llega un impulso nervioso al extremo de los axones, se produce una descarga del neurotransmisor, en la hendidura sináptica, que es captado por los receptores específicos situados en la membrana de la célula postsináptica, lo que provoca en esta la despolarización, y en consecuencia, un impulso nervioso nuevo.

La sinapsis permite a las neuronas comunicarse entre sí, transformando una señal eléctrica en otra química.