Sinfonía n.º 1 (Beethoven)

Como sabemos por los bocetos que se conservan, Beethoven ya había trabajado en una sinfonía en do mayor en Viena entre 1795 y 1796.

[3]​ La sinfonía está claramente en deuda con sus predecesores, en particular con su maestro Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart.

Los bocetos para el final se encuentran entre los ejercicios que Beethoven escribió mientras estudiaba contrapunto con Johann Georg Albrechtsberger en la primavera de 1797.

Hoftheater nächst der Burg de Viena, durante su primera academia o exhibición.

Cuando las tropas francesas que ocupaban Renania secularizaron la corte del arzobispo, el antiguo puesto de Beethoven desapareció y su regreso a Bonn se tornó inviable.

Sin embargo, el contenido musical, la instrumentación y los tempi son inusuales, si no revolucionarios, en su uso para una obra sinfónica de aquella época.

Las fanfarrias añaden un sabor marcial a la música, que se ve compensado por el segundo grupo temático, de inclinación más lírica para exhibir y entrelazar el viento madera con la cuerda.

Este desarrollo austero, ya muy maduro y "estudiado", sólo se suaviza cuando llega la recapitulación, ahora con gran contundencia.

Los diálogos imitativos entre viento y cuerda tienen un estilo típicamente clásico, al igual que la exultante coda.

[4]​ La coda recuerda la elaboración motívica del desarrollo antes de concluir con acordes fuertemente repetidos tocados por toda la orquesta.

Allegro molto e vivace, retoma la tonalidad inicial, el compás es 3/4 y responde a una forma ternaria.

Aunque en la partitura figura como Menuetto, el tempo indicado es Allegro molto e vivace y en consecuencia se toca tan rápido como un scherzo.

La incisiva energía rítmica sugiere algo totalmente nuevo, y este Menuetto tiene ya la apariencia de los scherzi posteriores del compositor.

Dado el tempo indicado, el oyente escucha ese dramático cambio solo unos 15 segundos después del inicio.

Toda la orquesta toca al unísono un acorde fortissimo de sol, la dominante, un efecto que recuerda la introducción del primer movimiento.

Tovey equiparó el explosivo arranque del Finale a la liberación de "un gato encerrado en una bolsa".

De esta manera, Beethoven rinde homenaje al habitual Finale establecido en las décadas precedentes por el que fue su maestro.

La obertura no comenzaba con la tonalidad principal de do mayor, tenía numerosas modulaciones, el tercer movimiento (falsamente titulado Menuetto).

Beethoven en 1801.
Gottfried van Swieten , dedicatario de la pieza.