Concierto para piano n.º 2 (Beethoven)

Por último, la parte solista fue revisada una vez más para su publicación a principios de 1801.

[2]​ Esta pieza sirvió a Beethoven como vehículo para el lucimiento en sus propias actuaciones como un joven virtuoso del piano, inicialmente en la Hofkapelle (Capilla de la corte) de Bonn y también después tras mudarse a Viena.

A pesar de su sordera los interpretó todos en público excepto el Concierto para piano n.º 5, en cuyo estreno en 1811 fue solista Friedrich Schneider.

[7]​ La primera publicación fue llevada a cabo por el editor Franz Anton Hoffmeister en diciembre de 1801 en Leipzig.

[6]​ Como ya se ha mencionado, el Concierto para piano n.º 1 fue publicado primero, aunque en realidad había sido compuesto bastante después que esta pieza.

Beethoven respetó aquí las normas clásicas, centrándose en los dos temas principales de una doble exposición.

Comienza con una triunfante obertura orquestal en acorde de tónica y mantiene una actitud juguetona, mientras que emplea pasajes cromáticos para lucimiento del solista.

[3]​ Según la costumbre en este tipo de obras, cerca del final el compositor proporciona un momento para la cadenza que normalmente era improvisada y ofrecía una nueva oportunidad para el lucimiento pianístico.

Beethoven escribió una cadenza bastante difícil, aunque lo hizo mucho más tarde que el propio concierto.

Estilísticamente la cadenza es muy diferente del concierto, pero utiliza el primer tema inicial de varias maneras diferentes, modificando su carácter cada vez y mostrando las innumerables maneras en que un tema musical puede utilizarse y percibirse.

El Finale, escrito dos veces, muestra el espíritu lúdico de Beethoven en su primera época.

Beethoven en 1788.