El socialismo vasco, surgió en las últimas décadas del siglo XIX, en la etapa de la Restauración monárquica y tuvo en sus comienzos dos etapas diferenciadas, encarnadas respectivametne por sus líderes más significativos: Facundo Perezagua e Indalecio Prieto.
El liderazgo de Perezagua se mantuvo hasta 1910, al variar el PSOE su estrategia política aliándose con los republicanos, gracias a lo cual consiguió su primer diputado en las Cortes Generales en la persona de Pablo Iglesias.
El enfrentamiento entre ambos sectores duró hasta 1915 con la expulsión de Perezagua del partido y el ascenso de Prieto al liderazgo, imponiendo un fuerte antinacionalismo vasco, una tendencia liberal y regeneracionista, que se sustanciaba en su alianza con los republicanos.
Esta situación, provocó que en 1922, la mayoría del sector minero del partido y la UGT diera el salto al comunismo fundando el incipiente Partido Comunista de España, que consiguió algún respaldo en la Margen Izquierda, aunque la mayoría de las agrupaciones del PSOE se mantuvieran fieles al partido.
En 1920, Rufino Laiseca se convirtió en el primer alcalde de Bilbao del PSOE.
Por otra parte, la actitud del socialismo guipuzcoano se mostró menos antinacionalista que la del socialismo vizcaíno, ya que el nacionalismo en Guipúzcoa apenas había tenido implantación en la provincia en esa época, mostrando estos una actitud más decantada al vasquismo, que se sustanciaba en la utilización intensiva del euskera, en los intentos de extender la acción política por el medio rural, en la defensa de la reintegración foral desde el Ayuntamiento, etc.
Al igual que en Cataluña, en el País Vasco pronto se iniciaron los intentos por conseguir la autonomía.
La victoria del Frente Popular en 1936, posibilitó un acuerdo entre el líder nacionalista José Antonio Aguirre y el líder socialista, Indalecio Prieto, para llevar a efecto un Estatuto más simplificado que pusiera en marcha la autonomía vasca.
Durante la dictadura de Franco, los socialistas vascos en el interior del país intentaron reorganizar el partido para fomentar la oposición al régimen, liderados fundamentalmente por Ramón Rubial, Antonio Amat y Eduardo López Albizu, sufriendo condenas y cárcel.
A pesar de ello, el PSE volvió a asumir responsabilidades de Gobierno en el País Vasco en coalición con el PNV, cediendo la presidencia del Gobierno Vasco al nacionalista José Antonio Ardanza.
El PSE fue la fuerza con más escaños en las elecciones autonómicas de 1986, aun siendo la segunda en votos.
En la mayoría de legislaturas fue el segundo partido en votos y escaños (por detrás del PNV).