Idomeneo, rey de Creta

Probablemente eligió el tema, aunque pudo haber sido Mozart.Varesco adaptó el Idoménée, drama mitológico ya elaborado en 1712 como tragédie lyrique por Antoine Danchet para música de André Campra.Mozart tuvo que enfrentarse duramente con Varesco, no solo por palabras concretas, sino incluso por sílabas.Gracias a ello consiguió dar nueva vida al drama, con una mayor participación del coro, con números concertantes que agilizaban el drama y la brevedad de los recitativos.Es su tercera ópera seria, después de Lucio Sila y El rey pastor.Pero rompe con los límites internos y externos de la ópera seria formal metastasiana, con gesto violento e imperativo.Se nota la influencia francesa a la hora de proporcionarle hondura dramática y veracidad escénica.Hay elementos de experimentación, como la continuidad entre escenas, sin un corte marcado entre ellas, la inserción de danzas y piezas orquestales, así como los destacados coros, que asumen un rol activo en la trama.Los personajes no son de cartón piedra, sino que cobran vida, en particular Ilía, Idomeneo y Electra.Su principal dificultad radica en encontrar tres tenores que puedan cumplir con las exigencias de las ornamentadas arias.[8]​[9]​ "Para evitar poner en peligro su audiencia y los empleados, la dirección ha decidido no repetir 'Idomeneo' en noviembre de 2006", explicaron en un comunicado responsables del teatro.La producción de Idomeneo, dirigida por Hans Neuenfels, muestra al rey Idomeneo en escena llevando consigo las cabezas decapitadas de Poseidón, Jesús, Buda y Mahoma; una versión del libreto y su música.Los troyanos y los cretenses, juntos, dan la bienvenida a la paz, pues Troya ya ha caído en poder de los griegos.Debido a que no se han visto durante largo tiempo, les resulta difícil reconocerse.Antes de que el barco pueda zarpar, sin embargo, estalla una tormenta, y aparece un monstruo: una serpiente marina.Tiene lugar entonces un dramático cuarteto en el que se expresan los sentimientos de los cuatro personajes.Ilía pide a Electra que la consuele, pero ésta sólo se preocupa por la venganza.Se acerca el Gran Sacerdote de Neptuno, liderando al pueblo.El Gran Sacerdote explica al rey la destrucción causada por el monstruo de Neptuno, y le exige a Idomeneo que cumpla su promesa al dios.Todos se muestran aliviados, excepto Electra que desea su propia muerte y abandona el templo furiosa.Los concertantes (dúo, trío y cuarteto) agilizan la acción, aumentando la teatralidad del drama.De los números concertantes destaca el gran cuarteto, entre Idomeneo, Idamante, Ilía y Electra: Andrò ramingo e solo.El propio Mozart la consideraba atrevida y virtuosística, “la más espléndida” de las arias.Frente a este personaje, que representa la bondad y la inocencia, Electra es agresiva.Influyó en esta música la propia orquesta, gran parte proveniente de Mannheim, que Mozart consideraba fabulosa, sobre todo las cuerdas, y así pudo intentar cosas que no se habría atrevido con otras orquestas.Al compositor le tocó batallar duramente con el libreto, que al final quedó bastante retórico y artificial y de ello se resiente la música: Mozart tuvo serias dificultades para llegar a acuerdos con el libretista Giambattista Varesco.De haber tenido un mejor libreto se habría acercado a las grandes producciones de Gluck (Alceste o las Ifigenias en Áulide e Ifigenia en Táuride) compuestas sobre grandes textos y con una gran variedad de escenas que aportan un arrollador pulso dinámico y una gran coherencia dramática.Aun así, se echa en falta un mayor sentido teatral, más elementos de contraste y un pulso dramático convincente.
Retrato de Mozart, imagen manipulada de un cuadro auténtico, obra de Johann Nepomuk della Croce de los años 1780-1781
Portadas del libreto , en italiano y en alemán.