Estudió en Lucerna y allí debutó en 1956 con La flauta mágica.
Debido a su agradable físico y su voz chispeante, Edith Mathis pronto se convirtió en una soprano ligera muy solicitada.
Cantó en los estrenos de las óperas Der Zerissene (von Einem), Der Junge Lord (Henze) y Le Roi Berénger (Heinrich Sutermeister).
Igualmente ha sido una excelente intérprete de oratorios, en particular cantatas compuestas por Johann Sebastian Bach y lieder.
Ocasionalmente, imparte cursos en otros lugares del mundo.