Ese mismo año llegó a ser organista en la iglesia de Santo Tomás en Leipzig, la misma iglesia donde tres siglos atrás Johann Sebastian Bach había desempeñado el cargo de director musical.
Fiel a ciertos intérpretes, Karl Richter trabajó en numerosas ocasiones con Gundula Janowitz, Dietrich Fischer-Dieskau, Peter Schreier, Edith Mathis, Maurice André y Aurèle Nicolet.
Murió de un ataque al corazón a los 54 años.
Su esposa Glady, que nació en 1931, murió en 2019 y fue enterrada en la misma tumba.
Un cierto expresivismo impregna sus grabaciones, que fueron muy admiradas por Glenn Gould y Carlos Kleiber entre otros.