Se trasladó a Sevilla en 1896 para ser pintor, creyendo que esa era su vocación.La muerte de su padre en este mismo año y la ruina familiar, confirmada cuando él y su familia perdieron todo su patrimonio, embargado al fallar el Tribunal Supremo a favor del Banco de Bilbao, le causaron una honda preocupación, vivida intensamente a causa de su carácter hiperestésico, algo neurótico y nefelibata (con este adjetivo lo definió Rubén Darío).Grimm, gran amante de la poesía, le dará a conocer a Jiménez muchos textos líricos escritos en inglés, especialmente de autores del romanticismo, que entonces eran poco conocidos en España.Conoció a Zenobia Camprubí Aymar en 1913 y se enamoró profundamente, aunque el noviazgo fue difícil.Asimismo, colaboró con su esposa en el largo proceso de traducir veintidós obras del poeta indio Rabindranath Tagore.En 1918 encabezó movimientos de renovación poética, por lo que logró una gran influencia en la generación del 27.Sin embargo, se sentía inseguro en Madrid, pues el diario socialista Claridad emprendió una campaña contra los intelectuales,[10] [11] y fue Manuel Azaña quien ayudó a salir de la capital al matrimonio, por vía diplomática.En 1937 se trasladó a Cuba para dar tres conferencias; en 1938 su sobrino falangista, Juan Ramón Jiménez Bayo, pereció en el frente de Teruel, lo que dejó a Juan Ramón absolutamente destrozado.Según Zenobia, «el dolor dejó a Juan Ramón absolutamente estéril por casi año y medio».[17] Aunque por edad pertenece al novecentismo o generación del 14, mantuvo estrecha relación con las generaciones anteriores (modernismo, que influyó su primera etapa) y posteriores (generación del 27, a la que apoyó al menos en sus primeros trabajos —luego los atacó— y de la que fue uno de los principales modelos, así como referencia para algunos de los autores vanguardistas).La crítica suele dividir su trayectoria poética en tres etapas: sensitiva, intelectual y suficiente o verdadera.Pertenecen a esta etapa Rimas (1902) –título redundante de las bécquerianas–, Arias tristes (1903), Jardines lejanos (1904), Elegías (1907).Estío (1916) supone el cambio hacia la segunda etapa de Juan Ramón Jiménez.Desaparecen los ambientes nostálgicos, evocados y soñados, en favor de una realidad más concreta.Su primer viaje a América y el contacto con la poesía en inglés (Yeats, William Blake, Emily Dickinson, Shelley) a través de su amiga Luisa Grimm y su esposa Zenobia, marca profundamente esta segunda etapa (1916-1936), bautizada por él mismo como Época intelectual y que le vincula a la corriente literaria del novecentismo o generación de 1914.Se produce un hecho fundamental: el descubrimiento del mar como motivo trascendente.Suprimió, pues, toda la musicalidad, los argumentos poéticos, la aparatosidad externa y ornamental anterior para adentrarse en lo profundo, en lo bello, en lo puro, en lo esencial: la poesía interior, de la cual el poema es apenas un residuo.Pertenece a la etapa suficiente o verdadera todo lo escrito durante su exilio americano.Juan Ramón Jiménez continúa replegado en sí mismo en busca de la belleza y la perfección, aunque no tanto como para no preparar un amplio libro en favor de la República española, Guerra en España, que nunca pudo ver publicado.[20] Su ansia por la trascendencia lo lleva a una cierta mística e identificarse con Dios y la belleza en uno en lo que llama en 1954 "religión por la conciencia".En Animal de fondo el poeta busca a Dios «sin descanso ni tedio».Pero ese dios no es una divinidad externa al poeta, sino que se halla en él y en su obra («tu esencia está en mí, como mi forma»; «en el mundo que yo por ti y para ti he creado»).El poemario Leyenda (1896-1956), publicado póstumamente por Antonio Sánchez Romeralo en 1978, y en edición corregida por María Estela Arretche en 2006 (Madrid: Visor), recoge la obra poética íntegra del autor tal como este quiso que se publicara.En 2001 el grupo poético zamorano Lucerna había publicado con permiso de la familia cuatro poemas inéditos titulados La frente pensativa, introducidos por José Luis Puerto.Entre las conmemoraciones juanramonianas que organiza anualmente la Fundación Juan Ramón Jiménez, figuran la concesión del Premio Hispanoamericano de poesía Juan Ramón Jiménez[24] y el encuentro anual de poesía "Voces del extremo" patrocinado por la Fundación desde 1999, y organizado por el poeta y ensayista moguereño Antonio Orihuela.[26] El dibujo más antiguo de la estampa de J. R. J. se debe a Ricardo Baroja; lo retrataron luego al óleo Emilio Sala, Joaquín Sorolla y Manuel Cruz Fernández; Daniel Vázquez Díaz lo dibujó dos veces y lo retrató una al óleo.
Retrato de Juan Ramón Jiménez hacia 1900.
Retrato de boda de Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí (2 de marzo de 1916, Nueva York).
El n.º 38 de la calle de Padilla de Madrid, donde vivieron
Zenobia Camprubí
y Juan Ramón entre 1929 y 1936. El edificio fue proyectado como casa-palacio por el arquitecto
Bernardo Giner de los Ríos
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