Un idiolecto siempre tiene, como mínimo, zonas de contacto con un ecolecto, un sociolecto, un dialecto y un idioma.
Sin embargo, el sujeto con "su" idiolecto está fuertemente (con frecuencia de modo inconsciente) condicionado por su entorno familiar (en particular, por sus padres), social y cultural, y también por la situación (por ejemplo, de salud) en la que se encuentre.
Una persona no hablará de la misma forma, por ejemplo, con un niño pequeño, que con un adulto a quien trate de usted, pero como esto es algo común a todos los hablantes, se considera que son diferentes registros o variedades situacionales.
Un idiolecto, por muy peculiar que sea, se encuentra constreñido por las circunstancias y su devenir.
En cuanto a la ya señalada relación idiolecto-ecolecto, ésta suele ser intensa: dos o más personas relacionadas íntimamente (pareja, amigos, etc.) suelen compartir muchos de sus rasgos idiolectales (se "contagian" entonaciones, por ejemplo).