Las variedades lingüísticas son distintas formas que adquiere una misma lengua de acuerdo al lugar en que vive el hablante (esta variedad se denomina geolecto), a su edad (cronolecto) y a su grupo social (sociolecto), donde también influye el nivel de educación.
Las diferencias pueden estar relacionadas con el vocabulario, la entonación, la pronunciación o la confección de expresiones; y en general se manifiestan más claramente en la oralidad que en la escritura.
De esta forma, cuando se escucha hablar a alguien, es posible suponer en qué región reside (si en una zona metropolitana o rural, por ejemplo), de qué grupo etario forma parte (es un niño, un adolescente, un adulto, un anciano, etcétera) o qué nivel educativo tiene, entre otras cosas.
Las variedades pueden ser distinguidas, además de por su vocabulario, por diferencias en su gramática, fonología y prosodia.
[4] En sociolingüística se utilizan además, y entre otros, los siguientes términos, para diferenciar formas del habla que no son compartidas por el conjunto de los hablantes de un idioma o dialecto: