Los hablantes, al momento de expresarse, deben elegir un registro adecuado a la circunstancia en que se encuentran.
Ello se debe a que los temas en general se corresponden con situaciones comunicacionales específicas y, por ello, tendemos a asociar los temas con niveles de formalidad en nuestro lenguaje.
Por lo general, se distinguen los siguientes: solemne, culto o formal, estándar, profesional, coloquial, vulgar y jergal.
Así, todos somos susceptibles de ser interpelados con "vos" o con "usted" dependiendo del evento en que nos encontremos.
[5] Con el ejemplo de uno u otro registro, el hablante adecua su mensaje a la situación comunicativa.