Estudió en Valencia con su primo y tutor, Plácido Francés, en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos.
Desde 1890, se alejó de la pintura histórica, dedicándose a la pintura de género, al paisaje y a la ilustración.
Destacó en el género del retrato, de 1871 data el realizado a su amigo Antonio Cortina Farinós.
En Roma se relacionó con Francisco Pradilla, Ricardo Madrazo, José Moreno y Joaquín Sorolla, pero permutó su beca y se estableció en París.
Destacó como retratista (Campoamor, La niña Doña Eulalia, María Guerrero, Echegaray, Juan Ramón Jiménez, Agustín Querol) y pintor de género (Jugadoras, El columpio).