[1] Desarrolló una importante labor cartográfica en Nueva España durante el reinado de Carlos III.
Por estos servicios a la Corona española se le nombró teniente.
Visitó Prusia, Francia, Países Bajos, Austria, Suecia, Imperio Otomano y Reino Unido.
Pero su mayor vivencia la tuvo en Rusia, donde despertó importantes simpatías, de tal modo que le ofrecieron mandar una división del ejército ruso en la campaña que se iba a emprender en la Guerra Ruso-Turca (1787-1792).
El nuevo rey, Carlos IV, consideró oportuno ascenderle dados sus méritos, nombrándole mariscal de campo y destinándole a dirigir la guerra contra Marruecos que recientemente había estallado por el sitio que el sultán de ese país, Al-Yazid, había puesto a la ciudad de Ceuta, ciudad de la que fue nombrado comandante general, y en la que derrotó al sultán marroquí.
Como resultado de esta victoria, el rey le ascendió en solo dos años a teniente general en 1793.
De Navarra se dirigió a Cataluña, donde los franceses habían penetrado en territorio español.
Su fama y prestigio llegaron tan lejos, que Goya le retrató a iniciativa del duque de Osuna en una obra que hoy se conserva en el Museo del Prado (adquirida por el Estado en 1898).
En 1799 fue nombrado comandante general interino del Real Cuerpo de Artillería.
Preparándose para volver a América, recibió la orden del primer ministro del Rey, Manuel Godoy, de acompañarle a la Guerra de las Naranjas contra Portugal.
Formaba parte del llamado partido católico, se le tenía por anglófilo, se oponía al despotismo ministerial y consideraba que la guerra contra Portugal era injusta, así que rechazó el encargo, prefiriendo desarrollar sus proyectos en América.
Recibió un perdón del Rey, donde éste le nombraba Capitán General de Valencia, pero fue revocado por Godoy solo un mes después.
Goya intenta plasmar la personalidad del retratado iluminando más las piernas y el tronco que el rostro del General, ya que éste siempre tuvo la intención de pasar desapercibido, pero a su vez otorga colores muy vivos a su uniforme, que dan gran alegría al retrato.